Dossier especial | Parte IV. Las prácticas de formación en contexto de pandemia

Trabajo Social IV. Reconfiguración pedagógica en pandemia: interpelaciones a las formas tradicionales de enseñanza-aprendizaje en Trabajo Social

La declaración de la pandemia por COVID-19 de parte de la OMS, y el establecimiento del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio ha marcado definitivamente nuestra experiencia social. El trastocamiento radical de nuestros hábitos en relación a la reproducción de la vida, las limitaciones a la realización de actividades tal como las conocíamos, el temor al contagio de la enfermedad y especialmente la constatación cotidiana de la imprevisibilidad y extrañeza de casi todo lo que nos acontecía, es sólo una somera enumeración de las condiciones en las cuales debimos replantear nuestros modos de enseñar y aprender.

El concepto de interpelación, trabajado teóricamente por nuestra asignatura para el  análisis de la producción de identidades sociales se volvió paradigmático. Toda nuestra práctica pedagógica se puso en cuestión.

A fin de contextualizar las adecuaciones realizadas durante el ciclo lectivo 2021 es necesario señalar que la asignatura TSIV es una materia anual teórico- metodológica, que incluye cuatro espacios pedagógicos: Teóricos, Prácticos, Seminarios Metodológicos y prácticas institucionales de formación profesional, con una carga horaria de 10 horas semanales. Nuestra propuesta pedagógica lleva ya varios años proponiendo una fusión de los dos primeros espacios en modalidad Teórico – práctico. 

Como señalamos, la pandemia y el ASPO/DISPO planteó un desafío pedagógico para las materias, pero aún más para las materias con formación de prácticas, en nuestro caso con un estudiantado de más de 150 estudiantes y con un equipo docente numeroso (22 personas) todos elementos que requieren instancias de coordinación. 

Luego de la perplejidad inicial que se inició con la declaración de la pandemia en marzo de 2020 la interpelación a nuestras formas tradicionales de enseñar, las decisiones políticas pedagógicas se orientaron a recuperar herramientas clásicas pero resignificadas desde virtualidad, que a la vez potenciaron su valor didáctico.

El proceso pandémico nos obligó a establecer discusiones, que nos debíamos en el ámbito universitario, donde resulta difícil producir una reflexión sobre algunas de sus prácticas tradicionales, basadas en la asimetría del  conocimiento. En este contexto,  la preocupación por la didáctica universitaria estuvo ligada al desarrollo de lo virtual, fundamentalmente porque la traslación de los procesos formativos a entornos virtuales no resiste bien los modelos convencionales y esto nos lleva a preocupaciones por nuevas metodologías, por los aprendizaje de les estudiantes, y el aprendizaje de nuevas habilidades de les docentes.

La adecuación de la instancia de prácticas adquirió algunas dimensiones diferenciales, en tanto que su realización no supone sólo a la cátedra y a la Facultad sino a instituciones efectoras de la política social, que en este contexto se encontraban con similares restricciones de asistencia del personal, y por ello, de la inclusión de estudiantes.

Luego de la virtualidad absoluta en la organización pedagógica del 2020, el 2021 fue estructurado con la continuidad de la virtualidad a través del aula web para el espacio teórico-práctico y con respecto a los procesos de prácticas realizamos diferentes propuestas durante el transcurso del ciclo lectivo.

Comenzamos el 1° cuatrimestre del 2021 con el desarrollo de los seminarios metodológicos, desde una lectura de temáticas específicas en clave de la categoría de significaciones imaginarias sociales en el pensamiento de C. Castoriadis: describiendo las que configuraron los campos, las que operan como instituidas y las que pujan por instituirse.

Asimismo, acordamos con diferentes instituciones que ya eran centros de prácticas una modalidad de trabajo de les estudiantes que fuera virtual en principio y que pudiera hacerse presencial en la medida que el riesgo sanitario disminuyera y las condiciones sean favorables a tal fin. 

En el primer cuatrimestre apostamos a enseñar/aprender, a pensar las situaciones, a la tarea de definición, a problematizarlas, a pensar alternativas de acción; a jugar herramientas teórico-metodológicas, resistiendo a la tentación de suponer que “son las prácticas”.

Estos  instrumentos comunes del trabajo docente, adquirieron una dimensión fundamental a la hora de organizar la materia, articulados entre sí de manera dialéctica, no funcionaron como instancias separadas. Y permitieron organizar los contenidos teóricos- metodológicos de la asignatura, de manera más accesible e inclusiva, en este contexto complejo.

 Un momento de inflexión para mencionar fue el segundo cuatrimestre donde como cátedra y en base a reuniones con docentes de las otras cátedras de Trabajo Social y con el Área de Trabajo Social y el relevamiento realizado en los centros de prácticas de Trabajo Social IV, se planteó una propuesta, para retomar la presencialidad con les estudiantes de forma gradual y sólo para los espacios de los seminarios metodológicos y concurrencia presencial a los centros de práctica que así lo posibiliten.

Destacamos que para aquelles estudiantes que por motivos fundamentados no podían realizar actividades presenciales, se diseñó  una propuesta acorde a su situación.

En este marco se propuso que cada uno de los 8 (ocho) seminarios metodológicos coordinados por una dupla docente, que poseen un promedio de 20 estudiantes realicen clases presenciales quincenales con todo el grupo, y/o como supervisiones grupales (serían alrededor de 5-6 participantes)  cuando el proceso metodológico así lo requiera. 

La asistencia a los CP fue consencuada con las instituciones; la frecuencia y cantidad de estudiantes estuvo ligada a sus posibilidades. 

Todo lo que fuimos construyendo contuvo un componente significativo de angustia, del vacío, de la incapacidad de seguir haciendo lo que veníamos haciendo, y entonces un pensamiento que se cuestiona, que habilita dudas, que da lugar a la incomodidad, nos parece que es un pensamiento que es fértil.

De ello surgen algunos elementos que reafirmamos: la enseñanza de la intervención profesional en Trabajo Social requiere de instancias presenciales; especialmente las ligadas al ejercicio de las prácticas de formación; y a ciertas modalidades de expresión verbal y de intercambio intersubjetivo, que es indispensable aprenderlas y trabajarlas para el posterior desempeño profesional.

Reconfiguración pedagógica en pandemia: interpelaciones a las formas tradicionales de enseñanza-aprendizaje en Trabajo Social

facebook twitter email print

Comentar