El año 2020 fue declarado “Año de la Enfermería” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en homenaje al bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale —considerada una pionera de la profesión—. En ese mismo año la pandemia ubicó a este grupo de profesionales en el centro de la escena para la sostenibilidad de la población. Sin embargo, a pesar de las contingencias que dieron centralidad a este equipo profesional y al reconocimiento internacional previamente establecido, este colectivo aún mantiene fuertes luchas de reconocimiento que invitan a las ciencias sociales a interiorizarse en su batalla.
EL 12 de mayo se conmemora el día internacional de la enfermería, y entendemos desde el Nodo 9 del proyecto de investigación “La enfermería y los cuidados sanitarios profesionales durante la pandemia y la post-pandemia del COVID-19 (Argentina, siglos XX y XXI)”- PISAC COVID-19 de la Agencia I+D+I – que resulta oportuno señalar que:
- La enfermería, como profesión de cuidado sanitario, presenta un carácter feminizado que liga modos de opresión de género a situaciones de segregación en el mundo del trabajo.
- Siguiendo los aportes de Ramacciotti y Valobra (2015), destacamos que la enfermería transita un proceso de feminización con tendencia a que los cargos jerárquicos sean ocupados por varones. La homologación de las tareas de cuidados con el carácter sentimental y afectivo favoreció históricamente, y aún lo sigue haciendo, las condiciones de polivalencia funcional y los bajos salarios por la multiplicidad de trabajos que realizan.
- Es prioritario visibilizar, en el marco de las políticas públicas, la discusión sobre la jerarquización, remuneración y reconocimiento de profesiones encargadas de garantizar el cuidado de otres.
- El colectivo de enfermería disputa por mejores condiciones de trabajo y reconocimiento en su carácter profesional en todas las jurisdicciones La pandemia por covid-19 produjo cambios en los tiempos y organización del trabajo, que impactaron en sus trayectorias vitales y colocó al colectivo en primer lugar de las nóminas de personas fallecidas.
Consideramos que la reflexión acerca de las condiciones de trabajo de este colectivo profesional nos interpela sobre el ordenamiento hetero patriarcal del mundo del trabajo, como así tambien sobre los desafios pendientes que aun tenemos en nuestra agenda feminista en relación a pensar las condiciones en que desarrollamos diariamente las tareas de cuidados no remunerado las identidades feminizadas.
Desde nuestra perspectiva feminista decolonial consideramos imprescindible promover investigaciones sensibles que favorezcan el análisis de trabajos que como la enfermería suelen considerarse como “trabajos sucios” (Everett Hugues, 1996) por la asociación entre las tareas de quienes cuidan y las actividades físicamente repugnantes o simbólicamente humillantes. La recuperación de los relatos de quienes han sido la primera línea de atención en la pandemia nos permite avanzar en la visibilización de los saberes involucrados en el cuidado, estrategia útil y sútil para avanzar en la lucha contra el silencio que favorece la devaluación de los trabajos de cuidados y, con ello, niega parte de la experiencia humana
Con una escucha comprometida y afectuosa con les enfermeres durante el momento más crudo de la pandemia, iniciamos un camino para aportar a la visibilidad de sus batallas, agendas y debates. Asimismo, entendemos que la lucha de los profesionales de enfermería se inscribe en la necesidad de apostar a un sistema de salud integrado, con perspectiva de derechos y accesible para nuestro pueblo.
Bibliografía
Hughes, E. (2016). La gente de bien y el trabajo sucio. Delito Y Sociedad, 2(40), 141-153. https://doi.org/10.14409/dys.v2i40.5589
Ramacciotti, K. & Valobra, A. (2015). Feminización y profesionalización de la enfermería. En Carolina Biernat, JuanManuel Cerdá & Karina Ramacciotti (Dir.). La salud pública y la enfermería en la Argentina. Bernal, Argentina: Universidad Nacional de Quilmes
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