De la tierra a las aulas: desde la producción de alimentos hacia la producción de conocimiento en Trabajo Social. Aportes para pensar la economía popular

En esta crónica buscamos aproximarnos a los aportes de varixs expositores en las Jornadas de Investigación, Docencia, Extensión y Ejercicio Profesional (JIDEEP) de este año en la Facultad de Trabajo Social de la UNLP, para pensar en la construcción de una economía popular, social y solidaria. Para ello se introducen diversos debates en torno a lxs productores agrícolas y sus experiencias organizativas, el rol del Estado, como también la producción de conocimiento en Trabajo Social. 

Introducción

En el desarrollo de la siguiente crónica nos acercaremos a pensar los conceptos centrales que fueron traídos por lxs expositores en la mesa de trabajo de las JIDEEP de este año, en relación a la temática de economía popular. Allí, el recorrido por las cuatro presentaciones nos llevan a pensar desde distintas perspectivas la importancia de la presencia del Estado, el rol de la universidad, la experiencia de la Feria del Paseo de la Economía Social y Solidaria en tiempos de pandemia, los procesos educativos y la producción de conocimiento, como también las diversas organizaciones que lxs productores familiares constituyen. 

Para ello, realizaremos una aproximación al contexto socio-histórico en el cual nos encontramos, que está atravesado por la pandemia del COVID-19 y las medidas sanitarias que fueron tomadas en Argentina desde marzo del 2020 hasta hoy. Estas circunstancias enmarcan las JIDEEP, realizadas este año de manera virtual, como también atraviesan las experiencias traídas por lxs expositores que dan cuenta de cómo influyó dicha situación en la producción de alimentos y de conocimientos. 

Acercándonos hacia el final retomamos cuestiones que se encuentran latentes en diversos sectores de la sociedad que abogan por construir una economía popular, dando cuenta de los distintos desafíos que se nos presentan en el camino de construcción hacia la soberanía alimentaria. 

Desarrollo

Contrario a lo que veníamos experimentando en el desarrollo de las JIDEEP en años anteriores, en esta ocasión la jornada se desarrolló en el entorno virtual, entre el 18 y 22 de octubre del corriente año, y gozó de carácter público. 

Esta particularidad se da en el contexto de virtualización que transitamos a partir de la pandemia por COVID-19, en el año 2020, por la cual atravesamos en un primer momento procesos de aislamiento social como medida de cuidado para evitar la propagación del virus. En este contexto, las diversas facultades que pertenecen a nuestra universidad desarrollaron entornos virtuales para poder continuar con los procesos educativos que llevan adelante. Sin embargo la JIDEEP se vio suspendida en dicho año por las dificultades que presentó para su desarrollo, como también por la incertidumbre en torno al regreso a la presencialidad y el avance de la vacunación a nivel nacional, entre otras cuestiones. 

Tras un año y medio de virtualización, el desarrollo de la XII JIDEEP pudo llevarse adelante utilizando plataformas tales como Zoom y YouTube, como herramientas para poder encontrarnos ante la imposibilidad de la presencialidad; así como también para poder difundir y expandir el alcance de los trabajos que se vienen desarrollando en la facultad.

El acto de apertura fue transmitido por el Canal de YouTube de la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) con la coordinación de Mg. José Scelsio y la participación del Presidente de la UNLP Dr. Fernando Tauber, y la Vicedecana de la FTS-UNLP Adriana Cuenca. 

Nuestro trabajo se centrará en reflexionar en torno a las cuestiones desarrolladas en la Mesa Nº 19 de las XII JIDEEP. Tuvo como coordinadoras a Zulma Hallak, profesora adjunta de Trabajo Social y Sujetos Colectivos; y a Laura Otero, docente de Salud Colectiva. La misma se centró en el debate sobre economía popular, abordándola desde distintos aspectos a lo largo de las presentaciones, que se denominaron:

  • ¿Son posibles otra(s) economía(s)? La disputa por la tecnología al servicio de la economía popular social y solidaria, a cargo de Alejandra Dávila Pico.
  • La necesidad de una perspectiva estatal para la Economía Social/Popular, con Mariano Barberena.
  • Percepciones de los productores familiares respecto a la conformación de asociaciones y cooperativas agrarias en el periurbano platense, presentado por German Arriaga, Elba Burone, Paula Fontana, Matias Iucci y Daiana Juarez.
  • Producción de conocimiento en los procesos de la formación profesional y la intervención del trabajo social con sujetos colectivos, por Zulma Hallak, Verónica Campagna y Erica Colantoni.

A continuación desarrollaremos una aproximación a los aportes de cada una de estas presentaciones, desde nuestra perspectiva y teniendo en cuenta el eje que las relaciona. 

La relación entre el Estado y la Economía Social/Popular

La primera presentación, “La necesidad de una perspectiva estatal para la Economía Social/Popular”, fue llevada adelanto por Mariano Barberena. El mismo comenzó tomando como referencia conceptual el trabajo de Sebastián Abad y Mariana Cantarelli (2012) “Habitar el estado: Pensamiento estatal en tiempos a-estatales” el cual refiere a la forma de ocupar-habitar el Estado en la sociedad contemporánea, caracterizada por la no-centralidad política estatal, y se enfoca en la búsqueda de herramientas para poder habitarlo. Esta cuestión da cuenta de la dificultad para pensar las políticas públicas en la actualidad, ya que el mismo está atravesado por esta noción antiestatal o aestatal. En este sentido, se resalta la importancia de pensar la subjetivación política en el Estado.

En este contexto, Mariano recupera las cuatro fugas desarrolladas por Abad y Cantarelli (2012) de las que se esquiva el pensamiento estatal, para proponer su reverso; es decir, para desarrollar un trabajo propositivo sobre cada fuga, centrándose en la fuga al pasado en tanto construcción discursiva que separa el pasado del presente, y se presenta como una añoranza. 

Para profundizar en este análisis se propone recuperar a modo de historización la relación del Estado con lxs trabajadores, haciendo hincapié en la forma hegemónica de dicha relación, que se basó en el empleo. La misma está caracterizada por una relación salarial fija y de relativa estabilidad, horarios fijos, establecimientos provistos por lx empleadorx (así como también instrumentos, instalaciones y maquinarias).  

Frente a esta forma hegemónica, presenta otras formas de trabajo que no son empleo, caracterizadas por un ingreso inestable sujeto a la producción, un horario indefinido vinculado a la autoexplotación, condiciones de trabajo autoimpuestas, realización propia de aportes jubilatorios y obras sociales, entre otras dimensiones.

Estas últimas se dan en el contexto de la pérdida permanente de referencia desde el Estado, que entendemos parte de una avanzada neoliberal que deslegitima la intervención estatal en materia de derechos y políticas públicas, buscando reducir la participación y el poder estatal para así generar condiciones provechosas para el Mercado y las empresas que en él se desarrollan. 

En este sentido, Barberena menciona que el Estado presenta pocas referencias en materia de economía social y popular, dando cuenta de la falta de conceptualización con respecto a la temática e identificando que esta cuestión acarrea consecuencias en el desarrollo de políticas públicas, en tanto desde dónde, y por lo tanto, hacia dónde se dirigen las mismas. 

Es importante debatir y formular estrategias para igualar las condiciones de trabajo dentro de la forma del empleo, vinculando la Economía Social y Popular a sectores estratégicos de la economía y del Estado. Este camino no puede sino ser por medio del fortalecimiento de las instituciones de nuestra sociedad, en tanto herramientas para la ejecución del ejercicio de los derechos, que no pueden ser pensados escindidos de estas. Reivindicando también el Estado como ejecutor de políticas públicas que requieren ser formuladas en términos de integralidad, es decir, potenciando la capacidad de llevar a cabo propuestas intersectoriales e interjurisdiccionales. 

Por último, hace mención a la significativa tarea de pensar la cuestión estatal como un desafío para la democracia, en tanto medio para proteger el empleo y poder desarrollar políticas e instituciones que reconozcan y atiendan a este sector, en términos de pensar un proceso dinámico de construcción de legitimidad. 

Experiencias organizativas y ejes de acción de productores familiares

La segunda presentación de la mesa estuvo a cargo de Germán Arriaga, Paula Fontana y Matías Iucci, lxs cuales nos llevaron a pensar las percepciones de lxs productores familiares respecto a la conformación de asociaciones y cooperativas agrarias en el periurbano platense. 

Su presentación estuvo enmarcada en el desarrollo de un proyecto de investigación que realizaron en el año 2017 que buscaba dar cuenta del crecimiento de formas de organización del colectivo de horticultores, especialmente con el fin de hacerse escuchar de manera colectiva en relación a reclamos históricos del sector. De esta forma se abordaron las problemáticas relacionadas a las condiciones de vida de lxs trabajadores, sus condiciones laborales, de salud, el acceso a la tierra y a los créditos, y la cuestión de género.  

Para trabajar este tema realizaron un recorrido histórico partiendo de la década del 70 hasta la actualidad, entendiendo que es a partir de allí que se fortaleció este sector. En esta historización es imprescindible entender el rol de la población migrante que, a partir de la década del 90 tras un paso previo por diversas provincias, comienzan a trabajar en el periurbano platense. Ya llegado el año 2000, podemos dar cuenta de la presencia de migrantes de segunda generación que establecen redes de contacto familiares y desarrollan cierto conocimiento que se torna transmisible e indispensable. Este último se caracteriza por ser progresivo, heterogéneo, vinculado a las organizaciones, basado en la búsqueda de ejercer sus derechos sociales, económicos y políticos.

A partir de allí lxs expositores dan cuenta de un fortalecimiento del sector, que desde el año 2008, dio lugar a pensar en la agricultura familiar como un eje importante en el desarrollo de la economía popular, que presenta como ejes centrales la problemática de la tenencia de la tierra y la distribución y el consumo de alimentos.

Este proceso, que lleva años desarrollándose, se cristaliza en un programa de 21 puntos que contiene todos los reclamos del sector. El mismo surge a partir del Foro Nacional Agrario, del cual participaron referentes de organizaciones de pequeñxs productores, pueblos originarios, pescadores artesanales, cooperativas, productores medios y trabajadores rurales, funcionarios del Gobierno Nacional y Provincial. Entendemos que este proceso concretiza el gran crecimiento de diversas organizaciones y asociaciones, reflejada en la actual densidad organizacional que se presenta en el sector, llegando a grados de segundo y tercer orden a la hora de analizar y precisar avances. 

Lxs expositores mencionan que dentro de las mismas organizaciones existen diversos ejes de trabajo. En la actualidad, uno de gran importancia es el de la comercialización. A partir de las medidas dispuestas para atravesar la pandemia del COVID-19, se produjo el cierre de distintas vías comerciales que eran frecuentes en el sector y comenzaron a aparecer cuestiones vinculadas a la virtualidad para la concreción de ventas. 

Cerrando la presentación, se hace mención a la falta de políticas públicas destinadas al área hortícola. Son múltiples y heterogéneas las problemáticas, demandas y formas de abordaje que se presentan con respecto a estas cuestiones, pero se entiende que es central el papel que el Estado toma a la hora de abordarlas. De esta manera se plantea como una necesidad el hecho de generar un marco de políticas que garantice —al menos— algunos lineamientos generales para después poder avanzar en profundizaciones sobre áreas específicas que conforman el sector hortícola y de la misma forma poder abordar cuestiones que son base de la economía popular. 

El pasaje a la virtualidad de la comercialización en la economía popular

La tercera presentación estuvo a cargo de Alejandra Dávila Pico, la cual se centró en interrogarse sobre si “¿son posibles otra(s) economía(s)?” en el contexto de la disputa por la tecnología para la construcción y el fortalecimiento de la economía popular, social y solidaria. 

Si pensamos en las formas en que se desarrolla la producción de la agricultura familiar y de pequeñxs productores en la ciudad de La Plata, nos vamos a encontrar con que la misma se encuentra centralmente en el cordón periurbano platense. Estos productos son cotidianamente transportados hacia el Mercado Central de la ciudad, a diversos comercios o incluso a ferias y formas alternativas de comercialización. Sin embargo, la característica unívoca de la venta es que se produce de manera presencial, promoviendo encuentros cara a cara entre productores y consumidores. 

A partir del año 2020, la irrupción de la pandemia de COVID-19 y sus consecuentes medidas de prevención tomadas por el Gobierno Nacional para apaciguar los contagios, generaron una ruptura en los modos en que se desarrollaba la venta de estos productos ya que las ferias son espacios que implican la circulación e intercambio de varias personas, que los lugares en los que se desarrollan suelen ser instituciones o espacios públicos que se vieron cerrados en este contexto, y que la mayoría de lxs productorxs no contaban con redes tecnológicas o alternativas a esta forma de compra-venta. 

Allí, Alejandra nos trae la experiencia de la Feria del Paseo de la Economía Social y Solidaria, que se realizaba en el edificio de la Presidencia de la UNLP (el Rectorado) ubicado en calle 7 entre 47 y 48. Este es un proyecto que funciona con más de 60 productores agrupados en 17 organizaciones y se inició a comienzos del 2011 con el fin de mostrarle a la sociedad que otra economía es posible. El objetivo de la feria es que la comunidad conozca la elaboración de productos naturales que van de la mano con la buena salud y calidad de vida, además del cuidado del medio ambiente. Se propone trabajar hacia un modelo participativo de garantía de calidad de toda la producción.

En consonancia con lo que veníamos desarrollando, la feria en tanto espacio de venta, socialización y encuentro se cerró en el proceso de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) para evitar la concurrencia y aglomeración de personas, trayendo la necesidad de pensar en formas de generar dispositivos para que lxs productorxs puedan continuar realizando sus ventas.

En este sentido, la tecnología se presentó como una herramienta central para poder continuar con las actividades de compra-venta. En un principio la estrategia que encontraron para mantener la comercialización fue la creación de bolsones de frutas, verduras, cereales, harinas y otras opciones, que podían ser retirados por el Rectorado, o recibidos a domicilio. El pedido se realizaba a través de un formulario online y tras seleccionar el método de envío podía ser abonado por diversos medios de pago, incluso la tarjeta AlimentAR. Esta propuesta se denominó “El Paseo te lo lleva” y permitió a lxs vendedorxs continuar acercando sus productos y a lxs compradorxs continuar accediendo a frutas y verduras agroecológicas, de calidad y a buen precio. 

Este pasaje de la presencialidad a la virtualidad implicó numerosos desafíos para pensar y buscar alternativas a partir de procesos tecnológicos. Inmersos en un contexto de incertidumbre en el cual el ASPO inicialmente duraría quince días, surgieron estrategias inmediatas, en teoría paliativas, que terminaron por ser estrategias a largo plazo, entendiéndose como la única posibilidad ante un aislamiento que continuaba prolongándose. 

Este proceso conllevó una ruptura con el imaginario social que todxs tenemos del proceso de compra-venta, entendiendo que a diferencia de otros productos, los de carácter alimenticios acostumbramos a comprarlos presencialmente. Fue necesario construir de forma colectiva una nueva concepción de compra-venta, a partir de tomar a la tecnología como una herramienta aliada que podía ayudar a realizar esta interacción. 

Inclusive, la construcción de una página web como medio para llevar a cabo tal vínculo, sirvió para hacer este proceso más sencillo en tanto unx podría visualizar allí los productos disponibles, sus precios y efectuar la compra sin moverse de su casa. A su vez, este instrumento favoreció la difusión de la feria, generando un mayor alcance a la comunidad tanto de sus productos como de sus ideas en torno a la economía social y solidaria, la producción agroecológica, etc. 

Parte de estas ideas de la economía popular implican numerosas reivindicaciones del sector, que son construidas y llevadas adelante hace años por las organizaciones que participan de la feria. Frente a un sistema capitalista excluyente, que cada vez requiere de menos trabajadores y que genera regresiones en materia de derechos, en tanto se centra en un modelo productivo de acumulación de capital, las propuestas de lxs feriantes buscan consolidar un comercio justo, con productos de calidad, que construyan una relación beneficiosa para ambas partes, promulgando la soberanía alimentaria y contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas a través de una buena alimentación. 

En un contexto en el que históricamente la tecnología implicó el desplazamiento del sector trabajador de los medios productivos, surge internet como una herramienta de acceso restringido, que es utilizada ventajosamente por empresas que, lejos de pensar en lx otrx, se orientan al rédito personal. Su socialización y utilización provechosa por parte de colectivos populares es un avance en términos de derecho y una conquista histórica en términos reivindicativos. Resaltamos su apropiación como un hecho valioso, entendiendo que actualmente pueden ser medios que favorezcan a lxs trabajadores.

En esta misma línea, entendemos la importancia de la UNLP en tanto generadora de espacios que reivindican la economía popular, social y solidaria. Ya que, no solo impulsa el desarrollo de la Feria del Paseo de la Economía Popular que se da en el Rectorado, sino también acoge otras ferias como el mercado “La Veredita” —que tiene lugar en la Facultad de Trabajo Social—, la comercializadora “La Justa” como un ente que promueve circuitos comerciales, entre otras. En este sentido, Alejandra menciona la posibilidad de pensar estos espacios de manera conjunta, generando una articulación entre los mismos y utilizando a favor los procesos tecnológicos para el fortalecimiento de la comercialización de estas ferias en la ciudad. 

La producción de conocimiento en estudiantes de Trabajo Social

La cuarta y última exposición estuvo a cargo de Zulma Hallak, Verónica Campagna, Érica Colantoni y se basó en la producción de conocimiento en los procesos de la formación profesional y la intervención del trabajo social con sujetos colectivos.

Las presentadoras son docentes de la cátedra de Trabajo Social y sujetos colectivos, materia de la Licenciatura en Trabajo Social de la UNLP. En esta materia, se aboga por la producción de saberes de parte de lxs estudiantes a partir del estudio de diversos sujetos colectivos. Si bien en la misma no se realizan prácticas, se intentan producir nuevos saberes sobre las prácticas realizadas a lo largo de la carrera, a partir del entrecruzamiento con los contenidos curriculares propios de la materia. 

Partiendo de recuperar las producciones de lxs estudiantes a lo largo de los diversos años en que se dictó la materia, las docentes tomaron tres ejes centrales que aglomeran las organizaciones y expresiones colectivas que son tomadas para analizar en dichas producciones.

Uno de los ejes del que dan cuenta se basa en la organización feminista. La misma reivindica los derechos de las mujeres, a partir del cuestionamiento de las normativas impuestas por un modelo patriarcal de producción y socialización. En la actualidad la “cuarta ola” del feminismo viene a problematizar principalmente la violencia de género, que en sus grados más extremos culmina en lo que conocemos como feminicidio, sin perder de vista las relaciones desiguales entre géneros, la brecha salarial, la propia decisión sobre los cuerpos, la reivindicación de las tareas de cuidado, entre otras. 

Fueron numerosas las organizaciones y espacios que se crearon a partir de estos ideales, fortaleciendo estrategias colectivas y de lucha para poner en pugna el ejercicio de derechos, en las distintas instancias sociales y gubernamentales correspondientes para su efectivización. En este sentido, en la coyuntura que atravesamos a partir del ASPO, muchxs de lxs estudiantxs que se encontraban en las ciudades universitarias se trasladaron a sus lugares de origen, produciendo un gran desplazamiento de personas en el interior bonaerense. De esta forma, también se trasladaron los ideales y las luchas de los colectivos feministas hacia las localidades donde residen lxs estudiantes, emergiendo así proyectos organizativos instituyentes. 

Los trabajos realizados entonces, teniendo en cuenta estas condiciones, van a estar enmarcados en un contexto donde las cuestiones de género empiezan a tener mayor visibilización en las ciudades o pueblos con aristas conservadoras, produciendo de esta forma nuevos espacios de disputa. De esta manera se encuentran atravesados por la territorialidad, en tanto espacio particular que expresa características específicas y que, a su vez, manifiesta una cuestión que se presenta transversalmente en la sociedad. 

Otro de los ejes tomados por las docentes, fue acerca de lxs trabajadorxs de la tierra y la producción de alimentos desde experiencias de la agroecología. En esta línea lxs estudiantes recuperan, a través de diversos trabajos realizados en la cursada, la experiencia de organizaciones en vinculación a su tránsito por las prácticas preprofesionales, así como también en torno a actividades de extensión realizadas desde la Facultad de Trabajo Social y la UNLP.

En consonancia con lo anterior, dan cuenta de avances y retrocesos a nivel local, desde el 2015 en el contexto del gobierno de Macri hasta la actualidad. Allí algunos de los lineamientos trabajados son las condiciones de vida de las familias y la urbanización que se da en nuestra localidad sin una planificación (que implica la ausencia de servicios esenciales, dificultades de acceso a la tierra y demás problemáticas). Esta cuestión se encuentra en estrecha vinculación con un análisis y debate en torno a la economía popular y la soberanía alimentaria como parte de la misma. Es decir, se visualiza una mayor problematización de este eje, articulando los movimientos sociales y sujetos colectivos con ciertas temáticas que los une en la lucha por sus derechos. 

Entendemos que en el contexto macrista, desde el año 2015, nos encontramos frente a una avanzada neoliberal —que implicó un retroceso en materia de derechos como así también, un cambio en la posición y rol que cumple el Estado en relación a estas organizaciones— que dio lugar a nuevos reclamos que estos movimientos impulsan en materia de reivindicación de derechos, en la pugna por alcanzar un mayor reconocimiento. 

Por último, otro de los ejes que recuperan es la promoción ambiental, la recuperación y el reciclado. En este punto los trabajos analizan la vinculación entre la institucionalidad y el reconocimiento laboral de lxs recicladores, de la mano de un incremento en las demandas por mayor visibilización de las cooperativas de trabajo, que buscan un espacio de aval institucional o estatal que les permita trabajar en mejores condiciones. La mayor parte del trabajo de recuperación y reciclado de los residuos es llevado a cabo por lxs recicladores urbanxs o cartonerxs, que día tras día transitan nuestra ciudad en búsqueda de recolectar la mayor parte de estos residuos que se transforman en su única fuente de ingresos; es por esto que lxs estudiantes recuperan esta problemática para pensar en las formas en que esta cuestión es sistemáticamente invisibilizada y desvalorizada. 

En este eje se recupera la idea de pensar en una producción de conocimiento que sea situada, en vinculación con los movimientos que la impulsan e identificando las problemáticas que nos atañen como colectivo profesional, entendiendo que en esta relación dialéctica, de la profesión con lxs trabajadorxs recicladores, se encuentra una rica fuente de información que es importante recuperar, analizar y tener en cuenta para visualizar y difundir la importancia del trabajo que llevan a cabo. 

En recuperación de los tres ejes antes mencionados, lxs expositores resaltan la vinculación de estas temáticas con la intervención del trabajo social. El rol de los movimientos sociales en el trabajo de visibilización de las desigualdades estructurales, es fundamental para pensar horizontes de transformación social desde nuestra profesión, como así también desde la configuración de políticas públicas que sean pertinentes. Hermanarse con estos sujetos colectivos que pugnan por conquistar diversos derechos es parte de una estrategia profesional que visualiza una perspectiva emancipadora, con todxs y para todxs. 

Se plantea así una intervención situada, que dé lugar a pensar(nos) desde dónde intervenimos, pensando al ejercicio profesional en sus diversos matices ya sea desde un espacio institucional que se vincula con los movimientos en el territorio, prácticas en articulación a sujetos colectivos desde políticas públicas específicas, como también desde el ejercicio de adscripción y pertenencia a una organización. Este ejercicio de pensamiento se da en una continua interacción con el contexto socio político en el cual vivimos, es decir, es pensado desde la vida cotidiana de las personas con las que trabajamos, un territorio particular y en vinculación con las políticas sociales. 

Por último, recuperan a modo de revalorización el rol de la educación y las cátedras de nuestra facultad, para pensar cómo al interior de las mismas también se da una producción de conocimiento. En esta interacción entre docentes y estudiantes, en un proceso de aprendizaje que favorece el análisis y el debate, es posible producir nuevos saberes que nos permitan pensar estrategias y horizontes de intervención. 

A modo de cierre

Seguido de las presentaciones se produjo una nueva ronda de debate entre lxs participantes en donde pudieron ir recuperando algunas cuestiones presentadas anteriormente, generando un intercambio a raíz de las propuestas y las perspectivas de cada unx. 

Recuperamos a modo de síntesis algunas de estas aristas que entendemos vinculan las distintas exposiciones y dan un encuadre a la mesa de trabajo presentada en la jornada. 

En primer lugar, entendemos que un aspecto central a lo largo de las exposiciones fue la importancia del Estado y del desarrollo de una perspectiva estatal. Desde los aportes de Barberena se plantea la necesidad no solo de una regulación en las formas de empleo desde entidades estatales, sino también una incorporación en materia de conceptualización de procesos que involucran la Economía Social y Solidaria. 

Es imprescindible poder vincular los procesos de producción de alimentos que se generan en el periurbano platense como un sector fundamental para el mercado de alimentos en la ciudad de La Plata, ya que este proceso, sea en la producción o en la distribución, implica la actividad laboral de muchas personas, sobre todo pequeñxs productores. Entendemos entonces que, como menciona Alejandra Dávila Pico, esta situación puede ser provechosa para pensar en la regulación del trabajo de estxs productorxs, a partir de atender sus condiciones laborales en materia de derechos. 

La presencia del Estado en este sentido, puede entenderse también en pos de saldar una deuda histórica que se tiene con el sector rural y agrario a partir de políticas públicas que reconozcan la distribución de la tierra, la producción agroecológica, entre otras cuestiones, y que posibiliten a lxs productorxs mantener sus espacios de trabajo y poder seguir abogando por formas alternativas de producir alimentos y vender sus productos. De esta forma podemos remarcar las ferias mencionadas en la exposición de Alejandra, como ejemplos referentes de organizaciones colectivas que se adaptan a las diferentes coyunturas para prevalecer. Surgen así estrategias colectivas de articulación, para no solo continuar desarrollándose sino también, para buscar una construcción heterogénea entre varixs productorxs que permita llevar adelante una red amplia de distribución de alimentos agroecológicos y produzca un sostén entre las propias organizaciones.   

En este sentido también, es fundamental visibilizar y reconocer la presencia de estas organizaciones que hace años luchan en pos de reconocimientos y pujan contra los grandes poderes empresariales, para lograr no solo una mayor distribución de la riqueza sino también un menor daño al medio ambiente. Apuestan de esta manera a construir una economía popular desde diversas aristas, impulsando continuamente nuevas acciones y estrategias de organización, visualizando siempre las bases y los reclamos históricos que el sector fue desarrollando a lo largo de los años.

Recuperamos finalmente, la relación con la Universidad, y la posibilidad de construcción que genera el acercamiento a las cuestiones que aborda la economía popular. Por un lado, entendemos que permite crear un encuadre institucional para las diversas ferias que se realizan en la ciudad, no solo prestando el espacio físico sino también, poniendo a disposición áreas de la misma que impulsan y promueven proyectos que cooperan con formas alternativas de producir. 

Por otro lado, y siguiendo con esa línea, sectores como el área de Extensión de la Universidad, o de las Facultades que la componen, dan lugar al acercamiento de lxs estudiantes a las organizaciones con las que se trabaja, con los territorios, las diversas disputas que se producen alrededor de la temática. De esta manera, se posibilita la reflexión y el debate, permitiendo generar conocimiento en las diversas instituciones académicas. Los procesos formativos de las distintas carreras permiten a su vez producir conocimiento en base a experiencias y a la mantención de una relación entre la universidad y el territorio.  

En vinculación con lo antedicho sostenemos que la universidad cumple una función esencial en su aporte a pensar en alternativas, líneas de acción y formas de construir una economía popular que trascienda los límites de lo local y familiar, para ser un modelo que pueda pensarse en términos globales. Es decir, vincular estas formas de pensar la economía, de producir conocimiento y de vincularse con el Estado, a las estructuras económicas, generando circuitos productivos virtuosos en los cuales se vinculen el sector formal e informal de la economía, para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de lxs productores, consumidores y ciudadanxs en general. 

En este punto entendemos que es clave habitar el Estado, habitar los lugares institucionales en sus diversos niveles, para construir conjuntamente espacios de gestión que enriquezcan las experiencias relatadas. Que permitan visibilizar y dar lugar a diversas formas de producción, que configuren políticas sociales y políticas públicas activas en la materia, que avancen en materia legislativa, que favorezcan el acceso a la tierra y la mejora de las condiciones laborales, entre otras cuestiones. 

En conclusión resaltamos la necesidad de fortalecer el vínculo entre el Estado y sus diversas instituciones, entre ellas la universidad, con lxs productores familiares y los diversos movimientos sociales que lxs mismxs conforman. Consideramos que esta relación es imprescindible para la construcción de una economía popular, social y solidaria que siembre soberanía alimentaria. Una vinculación que abogue por mejorar la calidad de vida de las personas, que fortalezca las formas organizativas del sector, y que posea como horizonte la emancipación social como medio para alcanzar el cumplimiento de los derechos humanos. 

Crónica realizada por Dutria Florencia y Mengotti Malena en el marco del Tramo Optativo de la Licenciatura en Trabajo Social de la FTS.

facebook twitter email print

Comentar