Territorialidad en pandemia- Territorio Periurbano: diálogos sobre derechos en contexto de pandemia

Se llevó a cabo el tercer encuentro del Ciclo Territorialidad en pandemia, organizado por la Dirección del Área de Trabajo Social y la Dirección de Vinculación con Graduades, donde se hizo hincapié sobre las problemáticas que atraviesa la zona oeste de la ciudad de La Plata que abarca la zona de Los Hornos, Olmos, Melchor Romero, San Carlos, El Peligro, Abasto y Echeverry.

El martes 22 de junio se llevó a cabo el tercer encuentro del  Ciclo Territorialidad en pandemia denominado Zona Oeste “Territorio Periurbano: diálogos sobre derechos en contexto de pandemia”, organizado por la Dirección del Área de Trabajo Social y la Dirección de Vinculación con Graduades. Dicho encuentro tuvo como propósito mantener el vínculo con las organizaciones y el territorio de la zona oeste en el actual contexto de pandemia. Del encuentro participaron Gabriela Donaire, miembro de la Asociación Civil San Roque; Elena Otondo, trabajadora social del Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero; Silvia Giménez, trabajadora social del CAPS El Peligro; Ana Clara Ramírez Tello, miembro del Centro Cultural Zona Oeste y Micaela Morales Pizzo, reciente graduada de la Facultad de Trabajo Social, perteneciente al Club Corazones de El Retiro-Olmos.

La jornada inició con un video producido por el ensamble de música popular del Club Corazones de El Retiro, el cual surge en el marco de los talleres de música de uno de los proyectos de extensión comunitaria que funciona en el lugar.

Luego fue el turno de Gabriela Donaire quien explicó las características de la organización productiva a la que pertenece y remarcó como el actual contexto de pandemia modificó la dinámica de la organización, como por ejemplo la imposibilidad de realizar reuniones con el resto de las familias productoras miembros de la organización.

Continuó Micaela Morales Pizzo, quien comenzó relatando su trayectoria y su inserción dentro del territorio que nos convoca. Micaela es militante de la corriente popular Remedios del Valle que realiza apoyo escolar junto con la casa del trabajador rural. Su inserción en el espacio se da a partir de prácticas de formación profesional que realizó en tercer año pero que continuó formando parte del mismo cuando estas finalizaron: “Cuando terminé la práctica de formación el interés siguió, y hubo una búsqueda de seguir vinculada al espacio, y creo que fui encontrando y siendo invitada a distintos espacios que hoy hacen que pueda pensar de alguna manera el cordón”.

A su vez, expresó que a partir de transitar el territorio, el cuál redescubrió una zona totalmente nueva: “nunca me imaginé que acá se producían el setenta por ciento de los alimentos y las verduras frescas que van a toda la provincia de Buenos Aires”.

A continuación, Silvia Giménez expresó que El Peligro tiene una doble carga emocional para ella ya que no solo es el lugar donde trabaja, sino que además es el barrio donde vivió toda su vida: “El peligro es mi lugar, aparte de ser el lugar donde vivo, es el lugar donde trabajo, eso implica para mí un montón de carga, no solo laboral sino también emocional”.

También, mencionó que El Peligro es una zona frutihortícola y que cuenta con la presencia de diferentes culturas. En relación a esto sostuvo que “hay población argentina, los fundadores de El Peligro son portugueses, y en estos últimos años vino a vivir mucha gente de Bolivia porque hay muchas quintas, antes había menos, pero con los años hay más población boliviana y también paraguayos, entonces tenemos cuatro nacionalidades en la zona”. Por lo tanto, consideró que se genera un intercambio muy enriquecedor entre unos y otros ya que se entrecruzan las culturas.

En cuarto lugar, tomo la palabra Ana Clara Ramírez Tello quien hizo un recorrido por la trayectoria del Centro Cultural Comunitario comenzando desde su conformación hasta el día de hoy. Tello comentó que dicha institución se fundó en 1996 por un grupo de vecinos, entre ellos estaban sus padres. Además, sostiene que desde los inicios de la institución hubo vinculación con la Universidad, ya que desde la misma se realizaban talleres artísticos para los chicos del barrio. Por otro lado, en sus tampoco contaba con un espacio físico fijo, pero que eso se fue dando a lo largo de los años cuando lograron conseguir un espacio. Así mismo, Tello manifestó que dentro de la institución hay vecinos de distintos barrios cercanos como del barrio Futuro. Al mismo tiempo, compartió al igual que Giménez, la cuestión de la interculturalidad dentro de la institución.

Por último, Elena Otondo hizo mención a la importancia de poder mantener estos espacios de reflexión y de intercambio con otros colegas: “venimos de más de un año y medio donde no nos hemos podido encontrar para pensar y reflexionar sobre las experiencias que se llevan a cabo en los territorios”.

Por otro lado, planteó que el territorio donde lleva a cabo su intervención es un territorio muy diverso ya que hay mucha población migrante. Es por esto que sostuvo la necesidad de repensar las intervenciones profesionales en función de la diversidad de la población con la que trabajamos. Desde el Hospital, se propone como eje trabajar con la territorialidad, la cuestión de género y la interculturalidad.

Al finalizar, Morales retomó su relato y manifestó cuáles son las particularidades del territorio. Una de ella es la dificultad que tienen las familias productoras para acceder a la tierra. En relación a esto, Donaire sostuvo que la mayoría de las familias no poseen tierras propias, por lo tanto, se enfrentan a elevados costos de alquiler que les impide tener una vivienda digna.

Al mismo tiempo y en relación a las problemáticas de la zona, Giménez dio cuenta de los grandes cambios que hubo en los últimos años, como por ejemplo la gran cantidad de población que ha llegado a El Peligro, lo cual produjo que se formarán muchos barrios que antes no estaban. Estos cambios se vieron reflejados con la gran presencia de organizaciones sociales. Sin embargo, aún mantienen problemáticas históricas como la lejanía del barrio del centro de la ciudad, entre otros factores, lo que repercute directamente en la vida cotidiana de cada vecino.

Con respecto a sus intervenciones durante la pandemia, sostuvo que la misma ha agravado la situación de la mayoría de la población con la que trabaja, ya que la realización de los trámites pasó a ser virtual, impidiendo que la población que recurre a ella, en su mayoría, migrantes, queden fuera de ese sistema por no saber leer o escribir. Se puede ver cómo estas limitaciones de la población fueron obstáculos que agravaron aún más la situación; y en relación a esto Giménez manifestó que “con la pandemia esto puede haber afectado más todavía, porque todo se volvió virtual, porque los turnos para ANSES se volvieron virtuales, porque ya no tenes que presentar personalmente una planilla de la asignación, sino que tenes que mandarla por internet”.

En este sentido, Ana Clara contó que desde el Centro Comunitario se brindaron ollas populares, atención psicológica y un ropero comunitario, buscando atender a las demandas más urgentes del contexto.

En esta misma línea, Elena Otondo expresó que en el Hospital durante el contexto de pandemia las intervenciones estuvieron centradas en dos ejes: la accesibilidad, el cual es un eje permanente en la población con la que trabajan y, por otro lado, el cuidado.

Para concluir es necesario remarcar la importancia que tuvo durante la pandemia el trabajo con otros colegas, que permitió repensar las intervenciones y reflexionar sobre las mismas. Con respecto a las intervenciones de los profesionales, se puede decir que la pandemia puso el foco en las condiciones laborales a las que los trabajadores sociales se tuvieron que enfrentar durante la pandemia, con un sistema de salud completamente devastado.

Por otro lado, en dicho contexto van a aparecer nuevas disputas y desafíos sobre qué es lo urgente y lo necesario, y cuáles son aquellos derechos básicos por los que se tiene que seguir peleando. Al mismo tiempo y a partir de lo relatado por las diferentes oradoras se pudo dar cuenta de que la problemática de la salud no se encuentra solo en los grandes hospitales, sino que también aparece en aquellas organizaciones colectivas y en las estrategias que desde las mismas se llevan a cabo para acompañar. El trabajo colectivo resulta fundamental en este contexto de crisis que nos atraviesa desde hace más de un año. En este sentido, el lugar del trabajador social es fundamental a la hora de poder apoyar y acompañar a las diferentes organizaciones en sus respectivos proyectos políticos.

 

 

Nota realizada por Lucia Vega en el marco del Tramo Optativo de la Licenciatura en Trabajo Social de la FTS

facebook twitter email print

Comentar