Cuarentena: Cuando el “hogar” se vuelve el lugar más peligroso para las mujeres y personas LGBTI

El aislamiento social, preventivo y obligatorio es una medida que nos está atravesando como sociedad, el fin de la misma es protegernos para evitar posibles contagios. En este contexto, la violencia doméstica se agudizó y también se precipitó ya que bajo la consigna de #QuedateEncasa implicó qué mujeres y personas LGBTI queden encerrades con su agresor. Entonces ¿Cómo nos protegemos si el peligro también está adentro?

Cuando hablamos de violencia en los vínculos afectivos, no resulta novedoso mencionar el aislamiento. Nos referimos a aislamiento no solo físico, sino un aislamiento psicológico y social. En el marco de la emergencia sanitaria por COVID-19, aumentaron las denuncias de situaciones de violencias por razones de género. Todas las campañas coinciden y refuerzan que quedarte en casa salva, sin embargo, esto no parece ser una opción con equelles que sufren violencia doméstica “el hogar, con Covid-19 o sin él, representa el lugar de mayor inseguridad y violencia para las mujeres y niñes. La violencia patriarcal y los femicidas no conocen de pandemias”[1]

La consigna #QuedateEnCasa, pone aun mas de manifiesto las desigualdades sociales en las que nos encontramos las mujeres y personas LGBTI , tales  como el acceso a una vivienda, a los servicios básicos, el alto porcentaje de hogares a cargo de mujeres con trabajos informales, que no perciben ingresos durante este período, y que simultáneamente tienen a su cargo las tareas de cuidado de sus familias, se encuentran en un marco que acentúa su desprotección, las expone a mayores agresiones y dificulta las posibilidades reales de acceder a servicios que hoy están restringidos. De esta manera “el confinamiento aviva la tensión y el estrés debido a que se generan preocupaciones relacionadas con la seguridad, la salud y el dinero. Asimismo, refuerza el aislamiento de las mujeres que tienen compañeros violentos, separándolas de las personas y los recursos que pueden ayudarlas, propiciando que se genere la situación perfecta para ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar”[2]. En este sentido, la violencia machista toma muchas formas y se esconde en la naturalidad con la que aceptamos situaciones que nos lastiman, que limitan nuestra libertad y nos quitan la voz.

Según el Informe del Observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zambrano” entre el 20 de marzo a 4 de abril hubo 16 femicidios y un femicidio vinculado. Sin embargo, estas cifras se modificaron y hoy en día ya suman 23 los femicidios durante el aislamiento.

En el marco de la emergencia sanitaria, el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Géneros y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires continúa elaborando líneas de trabajo destinadas al fortalecimiento de la atención en violencia por razones de género y la articulación para la asistencia económica de mujeres y personas LGBTI víctimas de violencias, familiares de víctimas de femicidio. En este sentido se implementaron diversas medidas debido a que la convivencia ininterrumpida de miles de víctimas con sus agresores, en un contexto de violencia de género es un factor de riesgo. De esta manera se reforzó la atención en la línea gratuita 144, para contención y asesoramiento en situaciones de violencia, las 24 horas del día, los 365 días del año. No obstante, entendiendo que hablar por teléfono no es siempre una opción, se sumaron tres líneas de WhatsApp: (54) 11-2771-6463, (54) 11-2775-9047 y (54) 11-2775-9048, un mail de consultas: linea144@mingeneros.gob.ar. A partir de una iniciativa conjunta entre el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y la Confederación Farmacéutica Argentina, frente a la emergencia se suma la campaña “barbijo rojo”. Frente a esta situación de emergencia las personas que sufren violencia pueden acercarse a la farmacia más cercana de su barrio y pedir un barbijo rojo, para que el personal comprenda que se trata de una situación de violencia por motivos de género y gestione una comunicación con la Línea 144.

Si bien la promoción de estos espacios de escucha y contención son importantes, nos parece relevante reforzar que no podemos perder de vista la importancia que, aún hoy, y en este contexto tiene lo comunitario, poder pensarnos en forma colectiva, no sólo desde nuestra individualidad. Debemos crear nuevas estrategias de cuidado, para nosotres y para aquelles que sepamos que se encuentran viviendo situaciones de violencia. Resulta fundamental generar canales de expresión y elaborar nuevas estrategias de contacto, contención y fortalecimiento de las redes comunitarias, con el fin de ampliar los medios de denuncia.

Es importante estar disponibles, alerta, prestar atención a lo que le pasa a nuestres compañeres de trabajo, amigues, vecines. Lo vemos todos los días en la televisión y en los diarios, los vemos en las calles y nuestros lugares de trabajo. No perder de vista esto tiene una importancia vital. Asimismo esta situación pone sobre la mesa la necesidad de políticas públicas destinadas  que puedan ser pensadas y formuladas con perspectiva de Género.

Hoy más que nunca se vuelve indispensable poder acompañarnos. Estamos organizades, estamos luchando, vamos a cambiarlo todo.

“El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”

Simone de Beauvoir (1908-1986)

[1] Comisión de Géneros y Feminismos Colegio de Trabajadores Sociales de la Provincia de Buenos Aires. Reflexiones sobre las formas de violencia de género en tiempo de Pandemia Covid-19. https://catspba.org.ar/wp-content/uploads/2020/04/2020.04.16-Covid-19-Com-Genero.pdf

[2] Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra. Declaración de Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres. https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-against-women-during-pandemic

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