En un primer momento, Aldo Ocampo González nos contó acerca de su interés por la educación inclusiva: “el interés por la inclusión educativa como objeto de estudio surge cuando termine mi formación como maestro. En ese momento no había mucha producción sobre que es la inclusión y se la confundía con la educación especial. Pero empecé a observar ciertas peculiaridades que tenia este discurso que escapaba a la idea de lo especial, de la discapacidad, de los grupos vulnerables. Me fui apasionando en este tránsito entre la justicia, la política y las tensiones propias de lo social. La inclusión es pensar otras formas de hacer educación, de escolarizar, de llevar adelante la práctica educativa en este mundo complejo que vivimos”.
Por su parte, respecto a la pregunta por lo inclusivo, el Dr. en Ciencias de la Educación nos dice que “esta mirada ampliada de la educación inclusiva impacta en la práctica docente de manera multiaxial desde distintos puntos de análisis. Primero, pensar que la educación inclusiva no es para unos pocos, sino para la totalidad; y esa idea de la totalidad concebida como multisingularidades, no como un sujeto único, homogéneo, cerrado, como el objeto de lo especial plantea dos tensiones. Por un lado, entender que todos los sujetos de la trama social somos sujetos frágiles y que las desigualdades nos atraviesan a todos de manera transversal. Por otro lado, la idea que está en las políticas púbicas, que consideran a las personas en los márgenes y que al colocarlas en la escuela parecería que estamos incluyendo. Este efecto de ideal de diversidad como asimilación, propone incluir a lo mismo que ella excluye. Tomar la mirada ampliada de la inclusión implica dos cosas: asumir el conjunto de transformaciones de la educación para atender a las múltiples singularidades, reposicionar la labor política de la educación y pensar que las personas están por sobre las instituciones y no las instituciones por sobre las personas que es un factor interesante para revisar. Esta mirada ampliada permite encontrar otro lenguaje, otras formas, nuevas maneras de entender el aprendizaje, otras maneras de entender la diferencia, en suma movilizar las fronteras. Permite re pensar la escuela como un espacio de esperanza para todos los estudiantes reconociendo su fragilidad y buscando formas de construir justica que enriquezcan sus vidas y su destino social”.
A su vez, en el desarrollo del tema acerca de la inclusión y las políticas públicas, añade: “he centrado mi trabajo en develar el problema epistemológico de la inclusión, mi trabajo es eminentemente teórico, pero estas categorías ponen en tensión las formas de escolarizar, las formas de ver el sistema educativo y también los lenguajes que la política pública valida (…) Atender a las multisingularidades dentro del diseño de las políticas públicas, es pensar en infinitas formas de ser niño, infinitas formas de ser mujer, infinitas formas de educar. Esto plantea una forma de ver la igualdad. Asumir la igualdad y la equidad en un plano de complejidad asegura un piso universal de derecho, a la salud, a la educación, luego se va tomando una especificidad según el contexto”. Y a su vez, profundiza argumentando que “esto plantea un reto al desarrollo del curriculum, pensar si los contenidos escolares son coherentes con estas nuevas identidades, generando espacios alterativos y no pensar que siempre la persona tiene el problema, perdiendo la esencia del ser humano (…) En mi trabajo me ocupo de liberar el componente opresivo que hoy tiene el lenguaje y el planteamiento liberal de la inclusión (…) Tomo el término singularidad y no diferencia, porque la diferencia cosifica y es un factor de restricción de la identidad, mientras la singularidad libera al ser de las ataduras del ser”.
Por último, se refirió a las políticas inclusivas en la región y consideró que “toman los sujetos ubicados en el margen y los ponen en el centro, refuerzan esta idea de la asimilación, que considera que estando todos aglutinados están incluidos, sin cambiar la estructura de la escuela ni la estructura social”. Según su visión hay avance en poner en la agenda el tema de inclusión pero sin compromiso político como proyecto nación sin ver los principios reales de la inclusión, de manera muy retorica pero sin cambiar los dispositivos prácticos. Es necesario pensar otras formas de existencia y de vida.
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