José Gabriel Giavedoni: “Se está poniendo en juego el modelo de democracia liberal”

Es Doctor y Licenciado en Ciencias Políticas, Investigador CONICET en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Coordinador del Programa de Estudios sobre Gubernamentalidad y Estado y profesor del Doctorado en la FTS. En esta entrevista para Entredichos, reflexiona sobre el resurgimiento de las derechas en América Latina y los peligros que implica para la democracia.

Este diálogo realizado en el marco del panel: “El resurgimiento de las derechas en América: ¿las democracias en peligro?” que organizó el pasado 15 de noviembre el Instituto de Estudios en Trabajo Social y Sociedad (IETSyS), comenzó cuestionando dicha temática y las características que asumen nuestras democracias en la actualidad. Por esta razón, hablamos sobre el rol político de las religiones, los intelectuales y las universidades.

En primer lugar, Giavedoni enfatiza la necesidad de seguir pensando en clave de derechas y de izquierdas como una forma de resistencia frente a los poderes concentrados. Estos poderes que en su versión más conservadora nos dan la justificación para no abandonar esa matriz de pensamiento que intentan borrar permanentemente.

En este sentido, saludó la idea del panel como un atrevimiento, ya que identifica cierto cuidado en el ámbito académico a la hora de realizar tamaña enunciación, lo que termina trasladándose al sentido social más general, en donde no habría razón de pensar que las derechas ponen en riesgo las democracias. Particularmente, entiende que se debe seguir enunciando el escenario político en términos de derechas e izquierdas, si hay una razón para ello es la insistencia en oponerse a la practica de la tradición más conservadora del poder.

Por otro lado, y a propósito de las últimas elecciones en Brasil, Giavedoni enfatiza que hay que insistir en traer esta matriz de pensamiento de las derechas e izquierdas en juego en las democracias. Lo que ha sucedido en Brasil –afirma- nos pone a nosotros en la obligación de comenzar a pensar seriamente qué es lo que está pasando, a nivel regional… pero también a nivel global, con las democracias. Ya no definidas como democracias solamente, como procedimientos formales, sino como democracias liberales. Nuestras sociedades se ven mayormente interpeladas por programas y proyectos con matices fuertemente autoritarios y generadores de desigualdades sociales.

De esta manera, invita a no pensar en la manipulación mediática como único problema sino hay que pensar qué es lo que ha pasado desde hace mucho tiempo hasta aquí con las nuevas subjetividades, con los nuevos sujetos políticos con opciones de carácter autoritario; sin perder de vista la dimensión geopolítica, ¿qué pasa con el departamento de Estado, con la CIA, con las embajadas?; ¿por qué razón un candidato como Bolsonaro pasa de medir un porcentaje muy discreto a ser uno de los candidatos más votados?, todas preguntas que tienden a pensar cómo es que Bolsonaro se transformó abruptamente en el presidente del país más grande del continente. Y, afirma, que para poder explicar un poco esto hay que comenzar por caracterizar las democracias como democracias liberales. Porque lo que se está poniendo en juego es ese modelo de democracia liberal con la que se construyeron nuestros países. Hablar de democracia liberal supone que en el seno de eso se está produciendo un conflicto que se aproxima a formas políticas autoritarias. El elemento liberal está primando por sobre el elemento de lo democrático. Entendiendo por democrático, no solamente un conjunto de normas y procedimientos formales, sino también la creación de canales de participación creciente, para institucionalizar las demandas de grandes sectores de la sociedad y transformarlas en decisiones públicas y vinculantes. Inclusive frente a un liberalismo que cada vez menos recupera los principios con los que nació, de limitar los poderes del estado, y cada vez más se vincula a ser una suerte de doctrina que legitima la importante acumulación de la lógica del mercado. Reconocer esto es reconocer que con este componente neoliberal se están desplegando y emergiendo principios que atentan con los principios democráticos, como por ejemplo, el principio de la igualdad. La desigualdad es uno de los principios fundamentales de operación del mercado, de la lógica del funcionamiento del mercado; en este punto es donde lo liberal y lo democrático entran en tensión.

Otro elemento importante mencionado en esta entrevista tiene que ver con el rol de la religión en el entramado político actual, del que la experiencia de Brasil es solo una demostración más. Ante esto, Giavedoni marcó la importancia del gran conglomerado mediático de la red O Globo que jugó abiertamente de forma anti PT, y cómo las iglesias evangélicas han desplegado su faceta de entrar en el juego político. Esto es un llamado de atención novedoso pero también lo que hay que advertir es que las iglesias que sean evangélicas o no, no necesariamente están llamadas a desempeñar un papel volcadas siempre hacia las derecha.

Finalmente, abordamos el tema del rol de las universidades que fueran identificadas por Giavedoni como las grandes herramientas de reproducción del statu quo. Hace un llamado a todos los que trabajamos en las universidades a considerar establecer discursos de disputa para fisurar esos sentidos comunes académicos. Lo que es importante advertir –dice- es que en el mundo social existe una sobreproducción de sentido. Muchas veces entendemos que nuestra tarea es disputar sentido en un mundo que esta sobreabundado de sentido, todo lo que se escribe, todo lo que se produce, toda la información que circula y que nos llega de mil maneras. Debemos ser conscientes que muchas veces debemos callar, porque ya hay sentido. Muchas veces nuestra labor está más en la escucha que en el decir. Y lo que ha sucedido este año en Argentina con las tremendas movilizaciones y expresiones en el marco de la discusión sobre el aborto, de las luchas universitarias, dan perfectamente cuenta de esto.

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