Noticias| domingo, 7 de octubre de 2018

Se realizaron las III GEDIS en la FTS

El 4 y 5 de octubre se llevaron a cabo las III Jornadas de Género y Diversidad Sexual (GEDIS), bajo el título "Atravesamientos de género y diversidades en contextos neoconservadores". Las mismas contaron con la presencia de importantes referentes en la temática, como Graciela Morgade, Mabel Bellucci, Say Sacayán, Susana Roussy y Jhonny Reyes Peñalba. Además, se organizaron nueve ejes de debate donde se presentaron más de 60 ponencias y realizaron distintas actividades culturales, talleres y presentaciones de libros.


por Entredichos

Las III GEDIS se desarrollaron en la sede de la FTS el jueves 4 y viernes 5 de octubre. El encuentro se conformó como un espacio para escuchar, disentir, acompañar miradas, reflexiones, avances y luchas en pos de fortalecer las convicciones que nos hacen sostener cotidianamente las batallas contra el sistema patriarcal. Este camino se inició en 2014 con la realización de las I GEDIS, tituladas “Políticas públicas e inclusión en las democracias contemporáneas”, continuando en 2016 con las II bajo el lema “Ampliación de derechos: proyecciones y nuevos desafíos”.

Las luchas de las mujeres en el actual contexto neoconservador

El jueves 4 en la presentación de las III GEDIS estuvieron el Decano de la FTS, Dr. Néstor Artiñano, la Secretaria de Investigación y Posgrado, Mg. Silvina Cavalleri, y la Coordinadora del Área de Género y Diversidad Sexual, Dra. Silvana Sciortino. Durante la inauguración, aseguraron que las GEDIS se han instalado en nuestra casa de estudio y son producto del trabajo colectivo de diferentes carreras y profesiones que buscan consolidar diversas formas de abordajes en función del género y las diversidades sexuales.

El panel de apertura que siguió a la presentación de las autoridades de la FTS, lo abrió Graciela Morgade, quien es Decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA e investigadora y especialista en educación y género. Para ella, “las universidades son el territorio del patriarcado. En primer lugar, por la persistencia de las violencias patriarcales. En segundo lugar, por los sesgos androcéntricos en los planes de estudio. Todavía hoy, tenemos sesgos patriarcales en los contenidos que se enseñan. Y la tercera es una foto en donde de las 57 universidades nacionales hay solo 6 mujeres rectoras”. En este sentido, profundizó: “hay una dimensión patriarcal del poder, que significa que nos cuesta el doble llegar a ocupar esos lugares solamente por nuestra condición femenina. Por ello, hay que pensar formas no violentas de la construcción del poder, es decir, no patriarcales”. Por otra parte, hizo referencia a la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), la cual fue producto de numerosas investigaciones “que aportaron a ampliar sus contenidos, alcances y legitimidad. Es así que “la ESI, incorpora la lectura integral desde la perspectiva de género y los derechos humanos, para superar sesgos biologicistas y moralizantes. La ESI tiene toda una dimensión ética que considera al sujeto de derechos, deseo, histórico y cultural”. Finalmente, sostuvo que “hay grupos que quieren instalar la idea de la ideología de género. Que quieren dividir y aterrorizar al campo popular. Nosotras, nosotros y nosotres tenemos que tener paciencia y voluntad de diálogo con los sectores del pueblo que practican las religiones. Las perspectivas que luchan contra la opresión como la del género, son perspectivas que luchan por la justicia social”.

Luego habló Mabel Bellucci, activista feminista queer, integrante del GES-IIGG-UBA y de la Cátedra Libre Virginia Bolten. Bellucci realizó una exposición que buscó articular “el aborto, la ley de la identidad de género y la ley de matrimonio igualitario, que surge de discutir las intervenciones políticos-académicas e incorporar la posición de los varones trans”. En esta línea, aseguró que “el aborto es un debate de larga data que en Argentina tiene más de 40 años y cuyos argumentos giran alrededor de la clandestinidad y la pobreza.  Por ello, hay que explorar nuevos argumentos y abrir a nuevos colectivos”. Asimismo, entiende que existe “una convergencia entre mujeres y varones trans en la demanda del aborto. El colectivo de varones trans es un nuevo sujeto colectivo que viene incorporando el activismo por el aborto legal”. En tal sentido,“tenemos que poner en cuestión el binarismo genético hombre-mujer que se resguarda en el régimen político de la heteronormatividad. Esto es debatir el aborto por fuera del feminismo heterosexual para incorporar y contener a cualquier cuerpo gestante”. Por otra parte, para ella la Ley de Matrimonio Igualitario “pone en cuestión el matrimonio heterosexual y abre un paraguas legal para los colectivos sexodisidentes. Como la Ley de Identidad de Género pone en cuestión el aborto como practica heterosexual y da lugar para incorporar a cualquier cuerpo gestante”.

Violencias, vivencias y abordajes

Durante el segundo día de la GEDIS, tuvo lugar otro importante panel denominado “Violencias, vivencias y abordajes”, el cual contó con la presencia de Susana Roussy, Say Sacayán y Jhonny Reyes Peñalba.

En primer lugar, habló Jhonny Reyes Peñalba, quien integra el Centro de Estudios de Masculinidades y Género – Montevideo. En un principio hizo hincapié en que “recién a mediados de los 90 comenzó en Uruguay el abordaje con varones cis que ejercían violencia. Yo vengo a hablar del trabajo con hombres que deciden dejar de ejercer violencias”. En este sentido presentó “el modelo CECEVIM que surge en San Francisco y se basa en la perspectiva de género, la espiritualidad y la base ecológica”. Asimismo afirmó que “al grupo de trabajo van todos varones cis mayores de 18 que deben reconocer querer dejar de ejercer violencia, porque es voluntario. Por eso para entrar, aquellos que son delegados desde la justicia, tienen que problematizar su obligatoriedad”. Finalmente, aseguró que “el objetivo es erradicar y disminuir las violencias e identificar el proceso violento”.

Luego siguió Susana Roussy,  militante feminista por los derechos de las infancias trans. Para empezar, contó que “cuando mi hijo me dijo que era trans, no sabía lo que era. Lo primero que salió cuando busqué en google fue que es un colectivo que tiene una esperanza de vida de 35 a 40 años y una tasa altísima de suicidios en los adolescentes. Y todo eso, tiene causas sociales”. A su vez, sostuvo que “a partir de ese momento todo lo que eran derechos, pasaron a ser luchas, derechos a conquistar. De golpe, todo pasó a ser una lucha constante. De golpe tenés que empezar a justificar tu propia existencia, porque es pelear incluso por el derecho a ser nombrado”. Es así como “la comunidad trans, no tiene derecho a la intimidad. A una persona cis, hay cosas que no se le pregunta. Hay una especie de derecho al avallasamiento”. Por último, entiende que “nosotres estamos acá, porque estamos parades sobre hombros de gigantes como Diana. En ese sentido, conseguimos que el registro de las personas haga un protocolo para tramitar el DNI, que IOMA cambie el carnet sin tener el DNI, que el hospital de niños tenga un equipo especializado y conformamos un colectivo de familias y niñes trans”.

Por último, expuso Say Sacayán que es activista trans en el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación. Comenzó argumentado que el colectivo trans-travesti “viene sufriendo violencia históricamente. Nuestros compañeres se morían por no ir o no ser atendides en los hospitales. Diana, armó una resolución para eso, mucho antes de la ley de identidad de género”. Por otra parte, recordó que les “tocó ir a una justicia machista y patriarcal a hablarles de un crimen de odio, como fue el crimen de Diana (Sacayán). Y cuando fuimos no había antecedentes de nada. Primero, por las características de la justicia que sabemos. Y segundo, en ninguna parte del mundo había un fallo que hable de lo que nosotres queríamos hablar. Que, en parte, es del travesticidio social, que refiere a las violencias estructurales que reciben todas las personas trans y travesti, cuyo último eslabón es la muerte”. En ese sentido, entiende que lograron “conseguir una sentencia histórica y borramos lo que quisieron dejar de Diana. Porque más allá de haber ganado un derecho, pudimos volver a dejarla en su lugar como militante”. Finalmente, explicó que “esto nos sirve para poder seguir adelante por nuestros derechos, porque si logramos que la justicia hable de travesticidio, está reconociendo una vulnerabilidad. Por eso, ahora vamos por la plena implementación del culpo laboral travesti-trans”.

Grupos de trabajo, libros y talleres en las GEDIS

Además, durante sus dos jornadas las III GEDIS contaron con nueve ejes de debate que abordaron temas como género y salud en las ciencias sociales; infancias y juventudes; prácticas culturales y artísticas desde un abordaje de género y diversidad sexual; masculinidades y varones entre luces y sombras: desnaturalizando lo invisibilizado; feminismos latinoamericanos: genealogías, contemporaneidades y proyecciones; cuerpo, género y sexualidades; revisitando las prácticas de formación profesional: saberes especializados y prácticas de cuidado; violencia de género, luchas y resistencia desde los territorios; género, historia y memoria; géneros en contextos de encierros. En ellos, se presentaron más de 60 ponencias que buscaron aportar, discutir y reflexionar colectivamente en los distintos grupos de trabajo.

También se realizaron talleres abiertos denominados “Explorando las masculinidades”, “Maternidades Lesbianas. Debate desde los feminismos y el derecho de las familias”, “Intersecciones arte/demanda/deseo”, “Uso seguro de misoprostol” y “Taller de tango”. A su vez, se desarrolló el espectáculo de narración oral “Quereme bien (contar para no morir)”.

Por otra parte, se llevaron adelante la presentación de los libros “Aborto. Aspectos normativos, jurídicos y discursivos” de Daniel Busdygan; “Mujeres indígenas y formas de hacer política: un intercambio de experiencias entre Brasil y Argentina” compilado por Mariana Goméz y Silvana Sciortino; y finalmente “Masculinidades trágicas: violencia y abuso sexual en el ámbito familiar” escrito por Néstor Artiñano.

Por último, es necesario destacar que la organización de estas jornadas tiene como objetivo fortalecer la construcción de una facultad que apunte a la igualdad de género, donde se expresa el compromiso y la obligación que tiene la universidad pública. A su vez, seguimos reivindicando la importancia de estos temas para ser abordados por nuestra profesión e interpelarnos como trabajadores y trabajadoras sociales.

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