No nos conocíamos y los primeros diálogos que cruzamos fueron en tono de broma: a ninguno de los dos le es habitual exponerse frente a una cámara. Luego de la presentación de rigor, de los chistes por el debut audiovisual de cada uno de nosotros y de recorrer los principales ejes planteados para organizar nuestra interlocución, nos sentamos para abordar lo que fue una entrevista concisa pero rica en contenidos.
Abrimos la nota consultándole a Cintia sobre su lugar de trabajo y su recorrido laboral, para desde ahí enmarcar el resto de la conversación. Ella se desempeña en la temática de Derechos Humanos, puntualmente en la Secretaría de DD.HH. de la Provincia de Buenos Aires. Se insertó en ese ámbito desde que egresó en el año 2008. Al momento de referirse a su lugar de trabajo, la entrevistada lo sitúa dentro de la consolidación institucional de la temática de DD.HH., una política pública más bien joven, surgida después del año 2001. En tal sentido, señala que los trabajadores y las trabajadoras que se han ido insertando en la cuestión, sostienen un rol central en la promoción y protección de este área, muchas veces marcando y debatiendo una agenda con el Estado “adentro” del Estado mismo. En este punto, agrega que en la actualidad, tras el cambio de signo político del 2015, el trabajo dentro de la secretaría ha ido mutando y terciarizándose. Esto provocó que se desplace paulatinamente del territorio, de la promoción de los DD.HH. con los sectores populares, a un trabajo de supervisión y capacitación con agentes del Estado. Por esta razón, actualmente las trabajadoras de la Línea 144 están dependiendo de una empresa que es ajena a la secretaría y las tiene contratadas en calidad de empleadas de comercio.
Un segundo eje de la entrevista tuvo que ver con consultarle a Cintia sobre sus preocupaciones en torno a la intervención en el contexto actual. De la mano con lo que venía contando, nos subraya las implicancias del cambio de signo político, el cual trajo aparejado una reorientación de la política de DD.HH. e incluso del discurso público en torno a la memoria y la reparación histórica que signaba los años anteriores. Así las cosas, nos alerta sobre la puesta en duda de los dictámenes que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos elevó sobre la detención ilegal que sufre Milagro Sala y lo sucedido con Santiago Maldonado, donde la desaparición forzada y la violencia institucional se vuelven a manifestar en nuestro país poniendo en cuestión al mismo Estado de derecho. Sobre esto, agrega que los funcionarios de la secretaría no sólo no se pronunciaron en ningún momento sobre la gravedad del caso Maldonado, sino que además trataron de negar la presencia de ese tema en la institución, rompiendo y sacando las imágenes de Santiago que iban apareciendo en las paredes de la secretaría.
Frente al corrimiento de la idea de promoción estatal, que sale al territorio a identificar y combatir las violaciones a los DD.HH., para acotar la intervención de los trabajadores a un espacio de capacitación interna, la entrevistada le contrapone la organización gremial. Ahí se desarrolla una resistencia por parte de los mismos trabajadores y trabajadoras que se niegan a avalar este retroceso, el cual implica recortar, acotar y sesgar las responsabilidades del Estado frente a esta temática central. A su entender: “Debemos plantarnos como profesionales, no traicionarnos, y reforzar los lazos de organización con otros trabajadores”.
Otro de los ejes que trata la entrevista está relacionado a vislumbrar un horizonte posible e identificar desafíos colectivos y profesionales a futuro. En este punto, Cintia considera de vital importancia la articulación de las herramientas teóricas y metodológicas con las que cuenta el Trabajo Social, para acompañar a los procesos de participación popular. En esa línea, sitúa al Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios (FinES), donde ejerce funciones como docente. Al FinEs lo entiende como una política que fue tomada y apropiada activamente por los sectores populares. Como un espacio donde nuestra disciplina tiene cosas para hacer en materia pedagógica, promoción de derechos y desarrollo comunitario.
Otro gran desafío que menciona Cintia es que el colectivo profesional que egresa de nuestra facultad, pueda integrarse al conjunto de los trabajadores, situándonos desde nuestra condición de clase, para pensar articulaciones, disputas y acciones reivindicativas. A partir de su lugar como delegada gremial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), ubica a la herramienta sindical como estratégica para resistir y avanzar en términos de derechos.
La pregunta de cierre que le formulamos es el vínculo que mantiene con la Universidad en general y con la FTS en particular. Nos cuenta que se encuentra cursando un postgrado, la Maestría en Derechos Humanos que brinda la Facultad de Derecho de la UNLP, a los fines de seguir profundizando su formación. Finalmente, agrega algo que sintetiza el espíritu de la entrevista. Comenta que si bien no tiene una relación laboral con nuestra unidad académica, encuentra en la misma una referencia y un espacio de encuentro a partir del cariño que le tiene y el vínculo que mantiene con colegas y compañeros, quienes le sirven como fuente de consulta. Con esto último cerramos la charla, apostando a un nuevo encuentro con la facultad y la educación pública, a la que reivindicamos como puente y referencia para todas y todos los graduados.
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