Rita Segato casi no requiere presentación, es una muy conocida autora en el mundo académico y feminista. Nacida en Argentina y exiliada en la última dictadura cívico-militar en Brasil, donde se desempeñó como docente e investigadora por más de treinta años. Una de sus obras más conocidas es el libro: Las Estructuras Elementales de la Violencia. Ensayo Sobre Género entre la Antropología, el Psicoanálisis y los Derechos Humanos. Este trabajo se basa en un estudio realizado por la autora en base a la población carcelaria de la penitenciaría de Brasilia, por delitos de violencia sexual.
La violación como mandato
¿Cómo caracterizamos las relaciones entre los géneros?, ¿A qué denominamos violencia de género?, ¿Cómo se integra la violencia de género a nuestra vida cotidiana?
Estos tal vez son algunos interrogantes que surgen cuando abordamos la violencia patriarcal, violencia que según la autora, representa un dispositivo universal de funcionamiento, el cual diferencia y establece vínculos de poder y sometimiento entre lo que podemos nominar como masculino y femenino; es decir aquello que representan éstos géneros en clave de dominación política y corporal. El patriarcado es un sistema opresor sobre lo femenino que está diseminado en hechos y prácticas sociales de modo capilar en las sociedades que vivimos.
De esta preocupación parte Las Estructuras Elementales de la Violencia (2003). La importancia del psicoanálisis en este texto de Segato es la dimensión estructural del modo patriarcal de relación social. Sigmund Freud explica en Tres Ensayos para una Teoría Sexual (1905) la triada familiar que organiza y disciplina el espacio privado y las relaciones subyacentes en él. La presencia de sus integrantes con características heteronormativas son estructurantes del sentido que organiza la escena familiar. La hipótesis de Segato consiste en desentrañar la violación como mandato, al mismo tiempo que subsumida en la moral y la costumbre, datos obtenidos gracias a los testimonios de la penitenciaría.
El patriarcado es un sistema opresor sobre lo femenino que está diseminado en hechos y prácticas sociales de modo capilar en las sociedades que vivimos
Esta hipótesis se despliega sobre dos ejes, un eje vertical y otro horizontal. Desde el segundo, la violación no es otra cosa que un enunciado y nada más erróneo, dice la autora, que pensar estos actos en el orden patológico o psicopático. Quien ejecuta la violación no padece ningún tipo de enfermedad que lo conduzca a ello. Más bien obedece e introyecta un mecanismo psíquico, del perpetrado con sus pares, es decir con otros varones y en relaciones que actúan objetivando la simetría. En cambio el eje vertical, asocia las relaciones asimétricas de poder a la sujeción, del violador con la víctima. Estos ejes se articulan en ciclos, formando un sistema único caracterizado por la inestabilidad y el desequilibrio.
Sin embargo, la existencia de un eje depende del otro, de modo inexorable. Es decir, la relación de simetría entre pares depende para su sustentación de la relación vertical, con la posición subordinada. La exacción de tributo que da cuenta del eje vertical es la condición de posibilidad de la conservación y estabilidad del eje contrario. La exacción de tributo genera un flujo afectivo, sexual y diferentes tipos de subordinación, que evidencia la sujeción constante de la posición que se denomina mujer o femenina. Este es el carácter estructural de las relaciones de género, con base en la violencia y dominación sexual. El tributo, la ofrenda es voluntaria en situaciones o condiciones normales, pero en períodos especiales se genera mediante la coacción. La violación como enunciado es una escenificación que se dirige a los co-locutores presentes del sujeto de la enunciación.
Este esquema, responde al mítico proceso de identificación del mecanismo psíquico, descrito por Sigmund Freud en Psicología de las Masas y Análisis del Yo (1921). La identificación es la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona. Segato suma a este esquema la intelectualidad, ya que ésta forma el diseño del patriarcado y de las estructuras de género, perfilando sus arquitecturas. El lugar del patriarca es el orden simbólico, donde se distribuyen valores entre los personajes de la escena social. Esto produce rigidez, repetición y estereotipación de roles y todo en un plano inconsciente y colectivo, transubjetivo dice la autora.
La Escritura en el Cuerpo
En este ensayo (2013), la autora explica bajo la hipótesis de la violencia expresiva, los femicidios de Ciudad Juárez: femigenocidios, como genocidios y crímenes de Estado. Crímenes que no prescriben y que son considerados delitos de lesa humanidad. Hay una diferencia fundamental entre este tipo de crimen y los perpetrados en la intimidad del espacio doméstico. En uno se trata de la constatación de un dominio, en el otro de una exhibición de capacidad de dominio que debe ser reeditada con cierta regularidad.
El metalenguaje de la muerte opera como verdadera causal simbólica del sistema patriarcal. Las mujeres pueden dejar de existir, sin cobrar ninguna consecuencia para la Ley
Siguiendo la lógica de la interseccionalidad de ejes para explicar la violencia sexual, los femicidios de Ciudad Juárez son exterminios programados a largo plazo, dispuestos en una maquinaria racional.
Es necesario acudir al sentido y semiótica que subyacen en estos crímenes, donde los cuerpos son encontrados con signos de saña, en basurales, despedazados. El sentido, el metalenguaje de la muerte, opera como verdadera causal simbólica del sistema patriarcal. Las mujeres representan la vida nuda (Agambem, 2010), pueden dejar de existir, sin cobrar ninguna consecuencia para la Ley.
La Pedagogía de la Crueldad
La pedagogía de la crueldad es el brazo ideológico del patriarcado, es el modo de subsistencia en las comunidades modernas. Dejada atrás la colonialidad, asistimos a un nuevo proceso: la dueñidad. Los medios masivos de comunicación son la construcción y apropiación de un sentido lineal y cosificador hacia lo femenino. Responden a esta pedagogía, en la fase actual del capital, porque es indispensables que las personas se vuelvan menos empáticas y menos vinculadas. Es necesario anular de modo absoluto la solidaridad.
La pedagogía de la crueldad es el brazo ideológico del patriarcado, es el modo de subsistencia en las comunidades modernas. Dejada atrás la colonialidad, asistimos a un nuevo proceso: la dueñidad
La base de esta pedagogía está en los orígenes del totalitarismo. Si ha existido el exterminio, las desapariciones forzadas y los genocidios en la historia de la (in)civilización, es porque fue necesario considerar lo abyecto, la escoria, el resto, por fuera de la condición humana y así confinarlo a su exterminio.
Encuentro de Mujeres
La única alternativa frente a esta guerra contra las mujeres es el encuentro de las subalternidades y la celebración, incluso cuando la reunión sea por pedido de justicia de un femicidio o por el esclarecimiento de crímenes contra la impunidad y complicidad mafiosa. El afecto y la alegría no deben estar ausentes en las reuniones de mujeres.
La única alternativa frente a esta guerra contra las mujeres es el encuentro de las subalternidades y la celebración
Los encuentros deben oficiar y constituirse en campos de resistencias y redes de contención, ya que los movimientos emancipatorios de mujeres describen en sus cartografías la condición política de un espacio territorial y creativo. En esta nota, buscamos celebrar y socializar la obra de Segato, ya que su pensamiento y acción apuntan a esa dirección.
Bibliografía
Agamben Giorgio, Homo Sacer. El Poder Soberano y la Nuda Vida, Editorial Pre-Texto, Valencia, 2010.
Butler Judith, El Género en Disputa, Editorial Paidós, España, 1999.
Freud Sigmund. Psicología de las Masas y Análisis del Yo, Tomo 18, Amorrortu Editorial, España, 1995 [1921].
Segato Rita, Las Estructuras Elementales de la Violencia, Editorial Prometeo, Buenos Aires, 2010 [2003].
Segato Rita, La Escritura en el Cuerpo, Tinta Limón Ediciones, Buenos Aires, 2013.
Muy buen análisis!!