Gabriel Vommaro: “La pregunta por el lazo social es el gesto fundacional de las Ciencias Sociales”

Es un reconocido sociólogo, docente e investigador que trabaja en la Universidad Nacional de General Sarmiento. Acaba de publicar junto a Hélène Combes el libro “El clientelismo político desde 1950 hasta nuestros días”. En esta entrevista realizada en el III Foro Latinoamericano de Trabajo Social, discute viejos y nuevos interrogantes que enfrentan las Ciencias Sociales en la coyuntura política actual.

Gabriel Vommaro, la construcción política del Pro. Villa Cresp

– Una pregunta inicial y si se quiere primitiva ¿A qué nos referimos cuando hablamos de las Ciencias Sociales? ¿Cuál es la categoría que se pone en juego en su definición?

– Es una categoría imprecisa, con límites imprecisos. Tiene un corazón innegable en la Sociología, en las Ciencias Políticas, el Trabajo Social y la Comunicación. Después tiene una relación con la Antropología que es la más asociada a las humanidades, con la Historia  que no reivindica a las Ciencias Sociales pero que tiene también una gran vecindad y con la Economía, que en las últimas décadas tomó un camino que quizás se parece más a la física que a las ciencias más vecinas ¿no? Entonces, diría que es una categoría que tenemos que entender y aceptar con esa imprecisión, con ciertos núcleos duros que tienen otras tradiciones, los cuales provienen de esos padres fundadores del siglo XIX: Marx, Weber y Durkheim. La Ciencia Social como categoría hunde sus concepciones fundantes en la modernidad, en la modernidad filosófica y en la modernidad política.

– Las Ciencias Sociales nos abren a un análisis de altísima complejidad de la vida social, son la gran puerta para poder profundizar no solamente el campo científico y académico, sino también el campo diario de la vida social ¿Cómo contribuyen las Ciencias Sociales al esclarecimiento de los escenarios actuales?

– Las Ciencias Sociales nacen justamente con el gesto de la Ilustración, de iluminar, de develar, de echar luz en los lugares y puntos que la sociedad no puede pensar por sí sola o no ha pensado o tiene un velo de opacidad, que puede tener que ver con la ideología o con cualquier forma de oscurecer el acceso a la realidad social en todas sus formas. Creo que en las últimas décadas, de la segunda mitad del siglo XX para acá, empezó a mostrarse un poco esa idea en pos de las Ciencias Sociales que dialogan más directamente, que se apoyan y reconocen más los saberes sociales que son también objetos de estudio.

– En la actualidad se escucha frecuentemente la idea de intercambio de saberes como una búsqueda de las convergencias, pero que permite reconocer la construcción histórica de saberes vinculados a diferentes espacios, historias e  instancias.

– El científico tampoco tiene que contentarse con reproducir lo que los actores saben. Los actores pueden completarlo, criticarlo, vincularlo con otros saberes que interpelan de alguna manera, pero el científico tiene que aprender, como decía Schütz, que el mundo ya es interpretado por los actores. No es un mundo virgen de significados.

– Teniendo en cuenta que la problemática social es uno de los temas centrales ¿cómo abordan las Ciencias Sociales en la actualidad el deterioro del lazo social y los caminos hacia su recomposición?

– Es muy importante en los dos sentidos que lo planteaste. En primer lugar, en el hecho de que la pregunta por el lazo social es el gesto fundacional de la Sociología y de las Ciencias Sociales en general, cómo la sociedad construye los principios que organizan su cohesión, su mirada. Hay algo que nos mantiene unidos y que nos hace miembros de un todo, ese es el lazo. Y la pregunta de qué nos mantiene unidos, es una pregunta que se actualiza frecuentemente en relación a la coyuntura política. Porque en la coyuntura política, los actores políticos desde el poder, desde las hegemonías, proponen ciertas maneras de definir, de llegar a esos principios, a esos lazos en diferentes momentos históricos. Vivimos un momento en el que están puestos en cuestión muchos de los principios que organizaban esos lazos sociales que se han construido en los últimos quince años, más o menos. Esto nos obliga a estar atentos a qué nuevas propuestas y qué nuevos sentidos tomará esa cohesión social con sus crisis puestas en cuestión. El segundo sentido tiene que ver con esto, con las formas de individuación y las formas de violencias sobre lo social que conspiran contra lo que nos mantiene unidos. Por supuesto, unidos consensualmente, unidos en una especie de armonía social imaginaria, unidos de forma que haya conflictualidad y diferencias.

Fotógrafo / ilustrador: Laura Pasotti. ANCCOM

facebook twitter email print

Comentar