Educación en tiempo de pandemia

Este trabajo invita a reflexionar sobre nuestra experiencia, como estudiantes de la carrera de Trabajo Social, en relación a las cursadas virtuales que estamos llevando a cabo en esta situación de pandemia y aislamiento social a causa del COVID19, y a su vez, propone debatir sobre las dificultades del acceso a la educación en este contexto particular.

La circulación, la socialización, el andar son parte de la cotidianeidad de casi todas las personas que habitan en el mundo, pero ahora la posibilidad de hacerlo disminuyó, nos invade una pandemia mundial que hace que debamos detenernos, poner pausa, cambiar las formas de transitar nuestra cotidianeidad, buscar alternativas, intentar mantener nuestro ritmo diario desde otro lugar, sin circular de no ser esencial, sin contacto físico con otras personas, sin encuentros.

Sin ir más lejos, a nosotras, como estudiantes de quinto año de la Licenciatura en Trabajo Social,y teniendo en cuenta todo lo que eso implica, la emoción y el miedo de estar llegando a la recta final de nuestra carrera,esta situación nos encuentra teniendo que cursar las últimas materias de la carrera desde nuestras casas, en un contexto si se quiere de privilegio ya que contamos con una computadora, servicio de internet, tiempo y estabilidad económica, lo que hace que podamos cumplir con la cuarentena y acceder a las cursadas virtuales que garantizan nuestra continuidad académica.

Sin embargo, somos conscientes que no todxs estamos en la misma situación, que hay muchxs compañerxs que no pueden acceder a esta modalidad de cursada, que su situación económica depende de un trabajo informal que no están pudiendo hacer ni cobrar, que tienen a su cargo hijxs que no están yendo a la escuela lo queintensifica las tareas de cuidado, que tienen que salir a trabajar igual para poder comer, que no tienen dispositivos ni acceso a internet; por mencionar solo algunas de las situaciones que pueden estar atravesando nuestrxs compañerxs en particular y lxs argentinxs en general, en el marco de la emergencia sanitaria del COVID19. Esta imposibilidad de acceso a las clases virtuales, puede significar para muchos alejarse de la meta de tener un título que sirva como herramienta para poder conseguir un trabajo formal y estable, ya que, más allá de que todxssabemos que hoy en día tener un título no garantiza ni asegura el poder conseguir trabajo, el no tenerlo nos aleja aún más de ese objetivo.

En este marco, la situación también nos invita a pensar si los que sí podemos acceder a las clases virtuales, ¿realmente estamos accediendo a aprender? ¿se puede obviar el proceso de intercambio, socialización, encuentro en una situación educativa? La cotidianeidad de todxs se modificó, el virus nos quitó la posibilidad de encuentro con el otro, del contacto. Lxs profesores tenían planificadas las cursadas y de un momento a otro tuvieron que repensar el modo de enseñar, debieron amigarse con una enseñanza virtual, con herramientas nuevas de trabajo y repensar estrategias para poder explicar los contenidos e incluir a sus alumnxs; lxs estudiantes, tuvimos que adaptarnos a una nueva forma de aprender, también hacernos amigos de la virtualidad y de la paciencia cuando las aulas virtuales se saturan, y no solo eso, algunxs estamos lejos de la familia, de nuestro hogar, de las amistades, lo que hace que esta situación de aislamiento nos afecte al momento de estudiar, de tener que leer un texto, de tener que realizar un trabajo.

La situación particular que estamos viviendo nos invita a reflexionar sobre el valor del encuentro, el valor de poder asistir a clase, llegar a la facultad y saludar a nuestrxs compañerxs, sentarse en un aula y compartir un mate. El valor de mirar al otro, sentir su compañía cuando te preguntan como estas, si necesitas ayuda en algo, el valor de la pregunta y la respuesta cuando hay un texto que no entendes y nos ponemos a debatir en conjunto con lxs profesores y estudiantes. El valor de sentirse esperadxs y recibidxs por la institución. En fin, la importancia de encontrarse. Así como la tecnología acerca también aleja, por lo tanto, es fundamental seguir pensando formas de encuentro entre profesores y estudiantes, construir caminos que nos conecten para sentirnos acompañadxs en los procesos de enseñanza, de saber que detrás de esa pantalla contas con un otro.

En este sentido, les proponemos continuar debatiendo ¿hasta qué punto estamos accediendo a la educación? ¿en qué medida una modalidad de cursada que solo incluye a algunxs es considerada como una garantía de derechos? ¿Qué pasa con lxs que quedan por fuera del sistema?

Ilustración: Ángel Boligán Corbo.

facebook twitter email print

Comentar