Rompecabezas en construcción

Todos los 16 de septiembre el teléfono suena. Muchos llaman para saludar, para conmemorar juntos aquella noche de horror. Otros proponen entrevistas para que hable de cómo fue aquella cuando me fueron a buscar a mi casa, las noches que siguieron mientras estaba detenida y todas las noches del resto de mi vida en las que tuve que convivir con la atrocidad de los crímenes de la dictadura en carne propia. En este caso, la Facultad de Trabajo Social me invitó a que escriba unas palabras a modo de ejercicio de reflexión. Porque parte de lo que nos falta hacer como sociedad es poder pensarlo en base a las memorias que se despliegan en tantos relatos, como parte de las piezas de un rompecabezas que seguimos armando hoy.