Noticias| jueves, 25 de marzo de 2021

"Fotos de la Memoria": el legado de Víctor Basterra

El miércoles 24 de marzo en el marco de la XXVII Semana de la Memoria se estrenó el cortometraje "Fotos de la Memoria" de Pablo Lecaros sobre los registros de Víctor Basterra, un obrero gráfico y militante peronista secuestrado en la ESMA, por el Canal de YouTube de la Facultad de Trabajo Social.


por Entredichos

El miércoles 24 de marzo en el marco de la XXVII Semana de la Memoria se estrenó por el Canal de YouTube de la Facultad de Trabajo Social, el cortometraje “Fotos de la Memoria” de Pablo Lecaros sobre los registros de Víctor Basterra, un obrero gráfico y militante peronista secuestrado en la ESMA.

La voz de Víctor Basterra se entrelaza con sus fotos para dar inicio al cortometraje donde sus familiares dan testimonio para recordarlo a pocos meses de su fallecimiento, en noviembre de 2020. De fondo, se lo escucha entonando “La Pomeña” de Mercedes Sosa, canción que lo acompañó durante sus años secuestrado.

En 1979 Víctor fue detenido junto a su esposa e hija por un grupo de tareas de la ESMA aunque pocas semanas después ellas fueron liberadas; él, en cambio, no recuperaría la libertad tan pronto. Sus conocimientos en fotografía le salvaron la vida, librándose así de las torturas, pero convirtiéndose en mano de obra esclava en el sector de documentación de la Escuela. En diciembre de 1983, por fin, él también sería libre, aunque definitivamente no sería el mismo.

Su hermana mayor Elsa, relata en el cortometraje que el último año que estuvo secuestrado, “cuando empezaron a aflojar en la ESMA” pudo sacar rollos fotográficos durante las salidas transitorias que tenía permitidas. La primera tanda, recuerda, la llevó a su casa y ella los escondió sin siquiera decirle a su marido donde estaban. En mayo del año siguiente, esas fotografías se convertirían en documentación clave para identificar a sus represores: por primera vez, se conocerían sus rostros, se sabrían sus nombres y apellidos. También, serían de suma importancia para reconocer a muchas de las víctimas que habían sido torturadas, asesinadas y desaparecidas.

Las imágenes, su relato, su vivencia permitieron reconstruir el funcionamiento de uno de los dos centros clandestinos de detención y tortura más grandes de nuestro país durante el último golpe cívico eclesiástico militar; y que más tarde presentaría como testimonio y evidencia en juicios por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.

Libre, de vuelta en su hogar y decidido a honrar la súplica de sus compañerxs para que lxs responsables “no se la lleven de arriba”, Víctor era vigilado constantemente por marinos. Su hermano Tito, cuenta que una tarde de verano, estaba reunido junto a él y las esposas de ambos mirando las fotografías que había tomado en la ESMA, cuando irrumpió en la casa un hombre: por suerte, su mujer alcanzó a esconderlas segundos antes. El terror que sintió Tito, era constante para Víctor, pero a pesar de los esfuerzos por callarlo, intimidarlo, e infundirle pánico, luchó cada día por encontrar a todxs y cada unx de lxs responsables por las atrocidades cometidas durante esos años.

Víctor no olvidó, no perdonó y no se reconcilió. Una de sus hijas, al final del cortometraje, afirma que tomó el pedido de sus compañerxs como un mandato: lo cargó en su cuerpo, en su mente, en su corazón y lo transformó en su objetivo de vida, “llevando la memoria, la verdad y la justicia a cada lugar que pudo”, jugándosela siempre, y más si es para la transformación colectiva.

Nota realizada por Rocío Daniela Bello en el marco del Tramo Optativo de la Licenciatura en Trabajo Social de la FTS.

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