Diálogos| sábado, 28 de julio de 2018

Mario Pecheny: “Somos anfibios y eso hace que la investigación y la práctica sean mejores”

Es investigador del CONICET y recientemente fue elegido para integrar el directorio del organismo en representación de las Ciencias Sociales y Humanas. Esta entrevista para Entredichos se realizó en el marco de la inauguración del Instituto de Estudios en Trabajo Social y Sociedad (IETSyS) de la FTS-UNLP, la unidad de investigación de estas características de mayor envergadura en el país. En el reportaje, Pecheny abordó los desafíos de las Ciencias Sociales en el contexto actual, recuperando la valiosa mirada que ha construido desde su pertenencia al sistema científico nacional.


por Paula Mara Danel

La entrevista al Dr. Mario Pecheny se realizó en la FTS, previo a la realización del panel central por la inauguración del IETSyS. Pecheny es Profesor Titular de la UBA, investigador principal del CONICET y ha sido votado -recientemente- para integrar el directorio del organismo en representación de la Ciencias Sociales y Humanas.

El primer eje que se abordó, tras expresarle el agradecimiento por su presencia en una actividad tan significativa para la unidad académica, está relacionado a la situación actual de las políticas de ciencia y técnica en nuestro país. En ese punto, el entrevistado parte de un piso de consenso expresando que “venimos de un período de expansión, de crecimiento, donde a pesar de todas las dificultades -que no hay que negar-, se había instalado la esperanza de hacer una carrera científica. Las más jóvenes y los más jóvenes empezaban a estudiar, quizás hacían una tesis o una práctica profesional, pero pensando en un horizonte de investigación como un horizonte posible. Y hoy, no solo por las restricciones presupuestarias, sino por la política errática de este gobierno en la materia, esto está en crisis. Desde las universidades, también algunas tratan con mayor énfasis, otras con menor énfasis, de poder palear los efectos dañinos de esta política”.

La imagen asociada a lo errático deja un sabor amargo en torno a pensar las políticas de ciencia y técnica, aunque al mismo tiempo el Dr. Pecheny inscribe su decir en el marco de una historización, lo que le imprime un dinamismo esperanzador.

Otro de los ejes abordados fue la producción de conocimiento en relación al uso público del mismo y sus impactos. Por lo tanto, la pregunta realizada buscó respuestas en torno a los desafíos para las Ciencias Sociales en vinculación a esta valoración pública y, sobre todo, en el contexto descripto en el párrafo anterior. El Dr. Pecheny nos respondía: “Yo primero y principal, soy de aquellos que están convencidos absolutamente de que lo que hacemos sirve, es bueno y la sociedad es mejor en parte por las cosas que hacemos. Yo no tengo necesidad de ir a salir a vender o estar en una posición a la defensiva de por qué es importante que haya Ciencias Sociales, haya humanidades o haya investigación, y siempre hay ejemplos variados. Sobre todo, últimamente estoy usando uno que tiene que ver con una investigación que hicimos con el propio Ministerio de Salud de la Nación, sobre accesibilidad al dispositivo intrauterino. Las mujeres o las chicas que se embarazan o sin querer quedan embarazadas en relación con el DIU, pueden tener que ver con la tecnología de ese DIU, si es más eficaz, menos eficaz. Quienes trabajamos en eso sabemos que el 95/99% de los embarazos no buscados no tiene que ver con la tecnología del DIU, sino con cuestiones de género, de violencia, de educación sexual, de proyectos de familia, de mercado de trabajo, todo eso son las cosas que investigamos desde las Ciencias Sociales incluyendo al Trabajo Social. Cómo se promueven los comportamientos saludables, cómo se reducen los comportamientos de riesgo y dañinos, todo eso resulta de la investigación. Si no sabemos cómo es la cosa, qué es lo que modificamos para cambiar las cosas que no nos gustan, vamos a gastar dinero de manera ineficaz y vamos a obtener resultados que no son los que queremos”.

La contundencia en su respuesta nos deja pistas en torno a cómo las producciones de Ciencias Sociales permiten visibilizar las condiciones materiales y simbólicas que operan en las experiencias vitales de los agentes sociales y en los procesos de producción de políticas públicas.

Finalmente, otro de los ejes que le consultamos se inscribe en la vocación interdisciplinaria del IETSyS, por lo que la pregunta refirió a los aportes del Trabajo Social en el concierto de las Ciencias Sociales. El Dr. Pecheny nos comentó que su especialidad es la sociología de la salud por lo que se adentró en ejemplos de investigaciones, de escenas, que resultan reveladoras: “un fragmento de entrevista que hice ya hace muchos años en el Hospital Muñiz, sobre adherencia al tratamiento del VIH/Sida; o sea la adherencia de poder seguir el tratamiento según las indicaciones. En este caso, recuerdo a quien decía ‘bueno, yo tengo acceso a los medicamentos, tengo la intención, la voluntad de tomar los medicamentos, el problema es que estos medicamentos hay que tomarlos con las comidas y yo no tengo para comer’. Yo siempre lo uso de anécdota porque efectivamente cómo poder pensar en una política de salud. Esta misma investigación hecha en otros países se ocuparía de la autoestima de este hombre, de su conocimiento, de sus miedos y pondrían todo en la espalda de este individuo (incluida) la responsabilidad de seguir en un tratamiento. Acá juega claramente una cuestión de políticas sociales, es decir si vos no tenés para comer, no vas a poder tomar el medicamento con las comidas. Te doy un ejemplo que es muy fácil de entender, entonces ahí aparece lo que puede ser el aporte desde el Trabajo Social. Cómo hacer para que personas de los sectores populares argentinos puedan hacer un tratamiento que implica tomar pastillas con las comidas, suena tonto (pero qué decir). Desde una perspectiva biomédica no entenderían nada de por qué falla el tratamiento, entonces nos llaman a los sociales, pero los sociales sin el Trabajo Social tampoco entenderíamos nada. Si no hubiera quienes pudieran aportar desde sus saberes y sus prácticas, cómo desde el sistema de salud se puede crear respuestas.”

Con posterioridad a su respuesta surge la necesidad de ir enhebrando los aportes del conocimiento de las Ciencias Sociales en clave de ejemplos, como una forma asertiva de ponernos en diálogo. Y desde allí pensar desafíos del Trabajo Social, que si bien le planteamos que no tiene una experiencia tan extensa en relación a la investigación, resulta celebratoria la creación del IETSyS porque nos coloca en la disputa de las Ciencias Sociales.

El Dr. Pecheny plantea otras cuestiones: “voy a hacer como un especie de retruque, también ahí no solo había una y sigue habiendo, una suerte de desconfianza, desprecio entre las grandes ciencias, las ciencias menores o las disciplinas menores. Sino también al revés, es decir, desde el Trabajo Social, que es claramente de las disciplinas sociales que están más en las trincheras, en el campo, con la gente haciendo cosas útiles para la gente, comprometidos; a veces se ve a la investigación como una torre de marfil, esta gente que le preocupa ir a congresos y llenar casilleros de su curriculum, sin preocuparse de los problemas de los sujetos. En realidad lo que estoy viendo estos años -yo confió en un Instituto como este y los distintos esfuerzos que están habiendo-, justamente es mostrar cómo desde una práctica se puede reflexionar, producir evidencia. La evidencia no solo estadística, sino que tiene que ver con normativas, con experiencia de campo, con todas las cosas que hacemos. Y además desde el Trabajo Social poder valorar lo que le podemos aportar de la investigación. Aparte, en general, suelen ser las mismas personas, no es que alguien está en el servicio de salud y alguien está ahí metido, sino que en general somos los mismos. Somos anfibios, estamos en el agua y en la tierra, y en el medio, y eso hace que la investigación sea mejor y la práctica sea mejor”.

Culminamos la entrevista pensando colaborativamente la idea de soberanía, ya que discutir la producción científica está asociado a ella. El Dr. Pecheny señaló que “esta idea también es una idea eficientista, pero comparto que las políticas tienen que basarse en las evidencias y no en la intuición de quién está trabajando, sino en ver cómo es la realidad. Y bueno, ¿quién va a producir esa evidencia, si no son los propios organismos del Estado, públicos, que aportan datos y argumentos? Sin duda esta política bastante berreta de llamar a una consultora que le hace un power point y con eso basan la política pública, habiendo universidades nacionales, institutos, centros, tipos trabajando hace años en los diversos temas. Yo, por ejemplo, trabajé en una época con las compañeras trabajadoras sociales que intervienen en políticas de droga y ellas tenían el conocimiento mucho más fino, inteligente, matizado, que el discurso vacío de los expertos internacionales. Entonces el Estado en algún momento se da cuenta de que si quiere que su política sea eficaz tiene que abrevar en esos conocimientos.”

Por todas estas intervenciones, la entrevista con Dr. Pecheny nos dejó varias pistas para continuar recorriendo el camino reflexivo en relación a los aportes científicos de las Ciencias Sociales en el marco de políticas de ciencia y técnica.

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